“Traten de leer gente que esté viva”
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En el día del escritor, te vamos a dejar una entrevista que Prisma le hizo a Francisco Linares. Fran al igual de varios de los que entrevistamos, tiene la suerte de haber interactuado con los adolescentes en las escuelas y con otros jóvenes que están comenzando con las letras. Leé la nota:
P: ¿Desde qué edad comenzaste a escribir?
FL: “Comencé a los 30. Antes escribía, pero eran cosas que no tenían que ver con una intención literario, sino más bien con lo reflexivo o algo así.”
P: ¿Qué leías cuando eras chico? ¿Y en la adolescencia? ¿Cuáles son tus libros y autores favoritos?
Sinceramente hasta los 30 años no me interesó la literatura. Todas mis lecturas estaban asociadas a la música, a libros sobre músicos o deportistas o cosas por el estilo. De hecho, no era gran lector. Mis libros favoritos son “Setenta acrílico, treinta lanas” de Viola Di Grado y “Preguntale al Polvo” de John Fante. En realidad, son libros que elijo como ejemplo de lo que me inspira para escribir. También podría agregar “Antigua Luz” de John Banville. Una novela fantástica, creo que Banville tiene la mejor prosa que haya leído.
P: ¿Qué te inspira a escribir? Contanos sobre tus libros.
FL: “Uso la literatura o la escritura, mejor dicho, como un juguete. Me inspira poder vivir cosas que jamás viviría en la vida real. Crear escenas, pensar en la fotografía de la escena, en los personajes, en las cuestiones psíquicas que engloban a los personajes. En cada decisión que tomamos interfieren múltiples variables que van desde el ego hacia la miseria. En realidad, fluctúan entre el ego y la miseria, y en el medio están los miedos, los prejuicios, la educación recibida, la percepción de uno mismo. Me interesa pensar en prototipos de pensamiento dentro de los personajes y ver qué pasa si meto a un mago loco en la misma escena con un niño ciego. ¿Qué podría resultar de todo eso? El mago muere por mostrar sus trucos, pero el niño no puede verlo. Existe una tensión en esa unión. Me divierte eso: jugar.”
P: ¿Cómo ves a la literatura de Misiones?
FL: “Sinceramente no soy un gran consumidor de literatura misionera. En ese sentido no podría dar una opinión demasiado significativa respecto a la temática. Veo que en muchos ámbitos hay más apuro por decir que uno es escritor que por escribir bien. Por suerte hay muchos chicos jóvenes que se están interesando en escribir, en leer y en romper con el paradigma selvático que predomina en casi todas las instancias artísticas de la provincia. No es un universo fácil el de la literatura. Creo que para hablar de los escritores también deberíamos hablar de los lectores. ¿Qué clase de lectores somos?”
P: La música también te gusta mucho: ¿Cuáles son tus canciones favoritas?
FL: “Es una pregunta muy amplia. Realmente es tan vasto el mundo de la música y conozco tantas canciones hermosas que elegir alguna al aire me cuesta. Puedo decir que no me gusta la música electrónica y el reggaetón. Eso seguro. Me parece una secuencia de ruido intenso insoportable y absolutamente sobrevalorado. Hasta podría responder igual que en la pregunta anterior. ¿Qué clase de oyentes musicales somos? Si predominan esos dos tipos de música estamos jodidos.
De alguna manera, algo no está bien. No es solo mal gusto. Es mentira. Hay como una pereza que te lleva a consumir productos absolutamente vacíos. Pasa en la música, como en la literatura “de Instagram” como en las series tipo la casa de papel. Yo no tengo la respuesta, pero evidentemente algo pasa porque la gente en general elige los géneros de menos contenido para consumir.”
P: Visitaste muchas escuelas, participaste de varios eventos para jóvenes, interactuaste con adolescentes en varias ocasiones. ¿Cómo fue esa experiencia? Vale contar anécdotas.
FL: “Creo que visitar colegios y dar charlas para gente joven fue lo mejor que me trajo esto de escribir. Poder encontrarme con los chicos y sentir la energía que tienen es sumamente increíble.
Como anécdota, me acuerdo que hace poco en una charla un chico contaba que tenía una novela escrita- terminada- pero no se la mostraba a nadie para no le robaran la idea y demás. Lo primero que le dije fue que su novela no era nada maravillosa, que la muestre, que comparta y que se arriesgue a ser criticado. Y después, agregué como consejo para el resto de los chicos que “roben” que se sientan libres de robar. Que no piensen que tienen ideas increíbles y mágicas. No hablo de plagio, hablo de robar un rasgo, una palabra, el ritmo de un poema, la intención de una oración, un inicio de estrofa – no con las mismas palabras- pero si en el formato. Es importante para cualquiera que escriba, que entienda que no está haciendo nada del otro mundo, que no es un ser fuera de lo natural, ni tiene poderes especiales. Algunos escriben, otros tocan, otros juegan al fútbol, otros cocinan y así es la vida. El que se come el viaje del “artista” es porque, probablemente y como dije al principio, le interese más ser artista que hacer arte.”
P: ¿Estás pensando en un nuevo libro? ¿Cómo es publicar un libro en Misiones, o en Argentina?
FL: “Empecé hace poco una nueva novela. Probablemente la termine en dos años o no la termine nunca. Esta vez, como ya tengo la experiencia de la novela anterior, estoy un poco más ordenado y con mejor criterio en algunas cosas, pero sinceramente me falta un poco más de constancia y disciplina. Creo que esas cuestiones tienen que estar siempre. Disciplina para ponerme a leer y fijarme donde hay cosas que me pueden servir, tanto como constancia para sentarme durante un determinado tiempo frente a la computadora y hacer el intento porque salga, aunque sea una corrección de un renglón. Eso ya es un avance, pero solo sucede si uno está ahí, presente.”
P: Un mensaje para los lectores y lectoras
FL: “Traten de leer gente que esté viva. O sea, los Cortázar, los Borges, etc etc etc. son indiscutidos y todo lo demás, pero hay mucha gente que escribió después de ellos y escribe muy bien. Gente que ya los leyó y que tiene una forma de narrar que probablemente los atrape más. Siempre tengo la discusión con los profesores de literatura de los colegios, por las obras que les hacen leer a los chicos. No todos, claramente. Pero muchos de los profes son absolutamente dogmáticos y tienen el chip “Quijote de la mancha + Selva” metidos en la cabeza. Tienen que entender que “ya fue el Quijote”. De última, los chicos lo leerán de grandes, cuando tengan ganas y no por obligación. Creo que hay muchas cosas que cambiar en la cabeza de los que intentan lograr que el número de lectores se acreciente.”
“En cada libro hay una vida nueva. Vívanla.”