
“Kunumí: Construir belleza para las infancias es construir ciudadanía”
Teatro, Infancias y Construcción de Ciudadanía desde Kunumí. Hace unas semanas participamos como desde hace muchos años del Festival Kunumí” para las infancias. Aprovechamos la ocasión para entrevistar a una de sus organizadoras, la querida Gricelda Rinaldi quien a lo largo de todo el festival acompañó y se puso al frente de todos los shows y charlas.
P Nos gustaría que desarrolles un poco sobre la temática de la que hablaste en el Instituto Montoy:a: sobre que tenemos a los niños abandonados, solos, frente a las pantallas. Y sobre el tiempo de jugar.
GR: “El taller que dicté en el Montoya, en la carrera de Nivel Inicial, dentro de la cátedra de Arte Escénico, contó con la participación de aproximadamente ochenta personas. Se realizó en el marco del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) y se tituló “Producción de festivales de artes escénicas para las infancias”.
En su primera parte fue una introducción, un recorrido histórico sobre el concepto de infancia, para situar en qué lugar se colocó, a lo largo de la historia, a las infancias desde la ciencia, desde la declaración de los derechos de los niños y niñas, para contextualizar ese recorrido social.
A partir de ahí, encuadramos ese concepto dentro de los últimos treinta, cuarenta años, donde en relación a esa valorización y visibilización de niños y niñas, también aparecen las artes, poniendo en valor las prácticas en torno a las artes escénicas dedicadas a ellos.
El taller propuso un recorrido por los elencos fundantes, los actores, actrices, directores, dramaturgos y dramaturgas que comenzaron a construir una idea de infancia diferente a la que se manejaba antes de la década del setenta. Si bien existían textos dedicados al teatro para niños y niñas, ese concepto de infancia era muy distinto. Algo similar ocurrió en la literatura infantil y juvenil, donde figuras como María Elena Walsh marcaron un antes y un después en la escritura destinada a las infancias. De hecho, ella misma escribió dos obras teatrales para niños.
Después, apareció el dúo Hugo Midón-Carlos Gianni, con su marca particular, y grupos como La Galera Encantada, dando origen a una nueva mirada sobre la infancia. También analizamos el fenómeno del teatro para bebés, que si bien en la Argentina se instaló hace unos quince años, en países europeos —sobre todo en los nórdicos— lleva mucho más tiempo.
Desde nuestra Escuela de Espectadores, y como curadoras y programadoras de festivales, preferimos hablar de experiencias instalativas, extraordinarias o sensoriales para la primerísima infancia, entendida desde los seis meses hasta los dos años. Y cuando hablamos de primeras infancias, seguimos la categorización de Piaget, que se extiende hasta los diez años.
Por último, en ese taller compartí una mirada sobre el mapa teatral del país, con una larga y fuerte tradición en teatro de títeres desde Javier Villafañe, Ariel Bufano, los hermanos Di Mauro y tantos otros. Hoy seguimos pensando en un teatro que no subestime a los niños y niñas, que los considere inteligentes, con derecho a obras de calidad.”
P: ¿Cómo ves la actualidad de las artes escénicas y las instalaciones para bebés y para las infancias, en Misiones y en el país?
GR: “En cuanto al teatro para bebés, comparto la reflexión que sostienen Nora Lía Sormani y Jorge Dubatti, quienes afirman que “en términos filosóficos, los bebés aún no han adquirido el saber teatral que les permite distinguir el salto ontológico que marca el reconocimiento de la poiésis y sus atributos. En consecuencia, se mantienen en el plano del “convivium” ; técnicamente no ‘expectan’, pero disfrutan plenamente de la dimensión convivial que les genera el teatro. Son pre o protoespectadores. Y esa condición no es una carencia, sino una especificidad”.
En Misiones, creo que este tipo de propuestas se hacen muy poco, y cuando se realizan no siempre con el profesionalismo, la honestidad intelectual y el respeto que requiere el abordar a estos públicos y escenarios.
En el país hay varios grupos que vienen trabajando hace tiempo en esta línea: La Compañía Flotante, con tres producciones instalativas; Dudú (Mar del Plata); Teatro al Vacío (General Roca y México); el grupo liderado por Carla Rodríguez desde Santa Fe —que acaba de ganar un Premio Estrella de Mar con su obra Gota, tras 20 años de investigación— y la pionera Gabriela Hillar, fundadora en 1993 del primer grupo de teatro para primerísimas infancias, creadora de los festivales Teatro a Upa, que aún hoy sigue produciendo.
Existen alrededor de diez grupos profesionales que integran la Red Vincular, una red iberoamericana que nuclea a quienes investigan y problematizan permanentemente sus prácticas en este campo.”
P: Sobre el papel de la metáfora y del humor para narrar historias a los niños en lo teatral: contanos un poco más.
GR: “Creo que aún hay mucho por hacer. Ha habido un avance enorme en propuestas de calidad, poéticas, inteligentes, pero también subsisten propuestas que subestiman a este público. Es fundamental que los adultos podamos discernir a la hora de elegir qué espectáculos ofrecer a las infancias. Porque esa también es una forma de construir ciudadanía, generando espacios que respeten a los niños como espectadores y personas sensibles.”
P: Contanos sobre el Festival Kunumí, lo que pudieron transmitir, cómo ves la participación de las familias y de los niños en los teatros.
GR: “Esta fue la cuarta edición del Festival de Artes Escénicas para Infancias Kunumí, que nació en plena pandemia con un subsidio importante de Iberescena, el organismo que nuclea a los institutos nacionales de teatro de toda Iberoamérica. En ese entonces, fuimos una de las dos producciones seleccionadas en toda la región.
El festival tiene una característica itinerante, puede realizarse a nivel provincial, regional o nacional. Por ejemplo, la tercera edición se hizo en Capital Federal, en las emblemáticas salas de Timbre 4. Siempre es un festival pequeño en formato, con seis o siete elencos por edición, priorizando la calidad y la optimización de recursos, sobre todo en contextos difíciles.
La edición más reciente tuvo aproximadamente 2.500 espectadores y contó con el acompañamiento de múltiples organismos estatales y privados. Fue completamente gratuita y sin fines de lucro, como todo lo que impulsa el colectivo Kunumí.
La curaduría comienza nueve meses antes, junto a Nora Lía Sormani, referente absoluta en artes escénicas para infancias. No realizamos convocatorias públicas sino que seleccionamos por invitación, en base a nuestra experiencia y participación en festivales como programadoras.
Buscamos siempre diversificar lenguajes: circo, literatura, teatro de títeres, de objetos, musical, propuestas instalativas. Y algo fundamental: incorporamos en cada edición una Escuela de Espectadores, una charla post-función entre público y artistas, no para evaluar sino para construir pensamiento sobre las artes escénicas dedicadas a las infancias.
Cada edición de Kunumí tiene su particularidad y belleza, pero coincidimos con Nora en que esta cuarta fue la más completa, por la calidad de las obras, la paridad, la diversidad de temas y lenguajes, y la convocatoria. Además, este año se sumaron talleres de capacitación acompañados por el MICA.”
P: Y cómo sigue todo este trabajo maravilloso que hacen ustedes? Porque con todo lo que escuchamos y vemos notamos que dentro de poco tiempo va a faltar capacitación y artistas para llevar a cabo estos shows de calidad para las infancias.
GR: “Me gustaría compartir que presenté ante la Cámara de Representantes de Misiones un proyecto de ley, desde la banca del doctor Martín Cesino, -en el marco del Parlamento de la mujer-, para que se promulgue una Ley de Artes Escénicas para las Infancias. Una ley que no solo declare su importancia sino que garantice su práctica sostenida, instalando eventos de calidad en toda la provincia, con acompañamiento del Estado, la incorporación en la currícula escolar y la formación específica de docentes y artistas.
Y quisiera, más que dejar un mensaje, invitar a todos los adultos desde su rol —padres, docentes, artistas— a reflexionar sobre lo que se hace, sobre lo que falta y sobre lo mucho que podemos mejorar. Crear propuestas escénicas de calidad para niños y niñas no solo enaltece su mundo, sino también el de toda la sociedad. Como decimos desde Kunumí: lo que es bueno para niños y niñas, es bueno para todos.
Ah, y no quiero olvidar algo importante: este año, el MICA eligió cinco proyectos en todo el país para acompañar, y uno de ellos fue Kunumí, el único destinado a las infancias, en reconocimiento a la calidad y trayectoria que venimos construyendo con Nora Lía Sormani.”
Muchas gracias Gricelda! Qué orgullo tener en Misiones a alguien de tu talla y prestigio internacional. Gracias por confiar en Prisma! Por más Kunumí!