De “Símbolo de Modernidad” a epígrafe de un nuevo pacto educativo
De “Símbolo de Modernidad” a epígrafe de un nuevo pacto educativo
(Por Ivan Valhof Marzana)
La torre que quiso renacer
En Posadas hay edificios que se miran, edificios que se olvidan… y edificios que esperan. La Torre Marconi pertenece a esa tercera categoría. Durante años fue un símbolo local de modernidad; luego, un monumento al abandono. Hoy vuelve a ser tema —pero no por su deterioro, sino por una propuesta que podría redefinir su destino.
Desde hace meses se impulsa una iniciativa ciudadana que busca transformar la Torre Marconi en sede del Centro Universitario Torre Marconi, un proyecto de educación disruptiva que llegaría para sacudir los moldes tradicionales. La idea, impulsada por el joven misionero de 17 años Ivan Valhof Marzana —quien completó la secundaria a los 15 tras un diagnóstico de Altas Capacidades Cognitivas—, contempla carreras como Abogacía Disruptiva y Psicología Holística, y hasta un posible enfoque pastoral para quienes buscan integrar dimensión ética, espiritual y humanista a su formación.
Esa visión combina experiencias locales: la innovación pedagógica de la Secundaria de Innovación y el enfoque holístico del Instituto Horacio Quiroga —la primera institución con sello disruptivo en la región. El proyecto plantea la creación de una universidad provincial, independiente de la tradicional UNaM, con el objetivo de evitar burocracias nacionales, acelerar procesos y permitir un desarrollo académico más flexible, moderno y experimental.
El modelo sería público y gratuito para estudiantes argentinos, con aranceles accesibles para extranjeros —con la ambición de posicionar a Misiones como un polo educativo emergente del NEA.
Por ahora, se están llevando adelante gestiones para contactar formalmente al propietario de la Torre Marconi y evaluar su viabilidad edilicia. Paralelamente, la propuesta continúa su camino como iniciativa legislativa, con vistas a su presentación como proyecto de ley provincial en 2026, lo que le daría estructura jurídica y financiera en caso de aprobación.
Pero el edificio no es el fin: es la oportunidad. Si la Torre no resulta viable, el proyecto avanzará en otro inmueble. Porque la idea no depende de una estructura: depende de un propósito.
Hoy, más que un debate sobre ladrillos, se abre el interrogante: ¿Puede Misiones convertirse en la cuna de un nuevo modelo universitario que combine innovación, humanismo y pensamiento crítico? Quizás —como suelen comenzar los cambios importantes— no se trate sólo de restaurar un edificio, sino de abrir una conversación que estaba pendiente. Y tal vez la Torre Marconi no deba sólo recuperarse: quizá deba volver a tener un significado.
El incendio que reaviva la urgencia del proyecto
El pasado martes 2 de diciembre de 2025, un principio de incendio sacudió al microcentro de Posadas. El fuego se originó en uno de los pisos superiores de la Torre Marconi, ubicada en la intersección de la avenida Mitre y la calle Ayacucho. Testigos alertaron sobre humo negro y llamas que se veían desde la vía pública.
Dos dotaciones de los Bomberos de la Policía de Misiones acudieron rápidamente al lugar y controlaron el foco ígneo. Gracias a su intervención, el incendio fue sofocado antes de propagarse, y —afortunadamente— no se registraron heridos.
Las primeras pericias indican que el incendio se originó por la quema de un colchón; al parecer, personas en situación de calle que habitaban el edificio habrían prendido fuego con el objeto.
El episodio vuelve a poner en evidencia la precariedad actual del edificio y la urgencia de definir su destino. Lo que hasta hace días era una propuesta promovida por jóvenes idealistas, hoy parece casi una necesidad: cada rincón abandonado corre el riesgo de convertirse en pauta de tragedia.
Este incendio no sólo reaviva la discusión sobre arquitectura o historia, sino que invita a repensar el espacio urbano como posibilidad: un espacio de formación, de futuro, pero también de contención y dignidad. Convertir a la Torre Marconi en un centro educativo moderno podría no solo rescatar la estructura física, sino también ofrecer una alternativa real a quienes hoy habitan la marginalidad.