El eterno masculino

El eterno masculino

(Por Natalia Pino Roldán)

“Los hombres abusan sexualmente de bebés, niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres.

Los hombres violan y exigen sexo a cambio de “favores” o para que su víctima conserve el trabajo, porque le da placer someter, humillar, degradar, y destruir a su víctima.

Las mujeres llevamos siglos sintiendo culpa por lo que teníamos puesto, por cómo lo miramos, por si hicimos un gesto de más, un gesto de menos.

¿Cuántas veces nos juntamos entre nosotras a consultarle a la otra si dimos a entender algo que no quisimos y que el otro interpretó para avanzar sobre nuestro cuerpo?

Muchas mujeres se sienten intimidadas en sus lugares de trabajo, no solo abusadas sexualmente, se abusa del lugar de superioridad para que hacernos oír siempre cueste mas, levantamos la voz de manera calibrada, porque levantarla mucho nos hará ver desquiciadas, esa es nuestra historia, por mucho, por poco, nunca les es suficiente.

Lo peor de los delitos sexuales, es que suceden en la intimidad, muchas veces sin testigos y es una violencia silenciosa ya que inicia de manera psicológica, paulatina y va dejando a la presa (víctima) sin salida.

El hombre que abusa se encuentra en una asimetría de poder y hace uso y descarte de quien esta en inferiores condiciones.

El hombre siempre pone en duda la palabra de la víctima, en una sociedad que se comporta con total hipocresía, subimos al podio al abusador, para enaltecerlo, para admirarlo, para aplaudirlo, otorgándole impunidad social, convirtiendo su delito en una acción dudosa, donde primero hay que estudiar a detalle a la víctima.

Pero algo esta cambiando, no callamos mas, y si bien los hombres continúan ocupando el mayor porcentaje en cargos de liderazgo, nosotras desde el dolor hemos estado armando una red infinita de apoyo y empieza a resonar con más fuerza el canto de “Si tocan a una, nos tocan a todas”.

“Si la impunidad es dañina, la ostentación de la impunidad es doblemente dañina“…

Lic. Natalia Pino Roldan

M.P. 360

 

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