La escritura como aliciente

La escritura como aliciente

Como ya lo sabías desde hace días, llegó la premiación del certamen “Cartas desde la diáspora”. (https://prismadigital.com.ar/noticias/cartas-desde-la-diaspora-ganadores-y-premiacion/)
Participaron del mismo aproximadamente sesenta personas de distintos países de América Latina.
Varios de ellos migrantes que habían concursado en el certamen, como también autoridades de distintas provincias argentinas y habían colaborado directa e indirectamente en la difusión e impulso de este evento.
Tuvieron la palabra los organizadores, escritores, los jurados y los jóvenes ganadores.
Los premiados comentaron que gracias a la escritura pudieron expresar un poco de sus sentimientos, la tristeza de dejar sus hogares, seres queridos y a veces no poder contar cómo se sienten para no preocuparlos. Las razones de su partida, las dificultades con las que se encontraron, y cómo logran sobreponerse.
Los jurados a su vez, dijeron que la lectura de los textos ha sido una experiencia muy fuerte, por el dolor que encerraban los escritos de los participantes. Manifestaron su empatía con todos y aseguran haber aprendido muchísimo de esta experiencia.
Y desde allí se acordó en que se publicarían las bellas cartas que nos emocionaron a todos:
1 lugar: Titulo: Una Carta para Mi. Autor:  Manuel García, actualmente vive en Santiago de Chile, Chile.
Santiago de Chile, 06 de junio de 2020
Querido Manuel; Quizás de nada sirva escribir al pasado, sin embargo, siento que he encontrado algunas respuestas a muchas de esas preguntas que te hacías cuando, sentado en tu habitación, solo podías pensar en ese enorme misterio de lo que te depararía la vida fuera de tu tierra. Siempre recuerdo ese momento donde te veía inquieto, dejándote llevar por esa particular manía de caminar de un lado a otro en el espacio donde te encuentres, con tu rostro severo, y unos pensamientos que casi se podían oír desde la otra habitación. Cierro los ojos y solo puedo verte allí, ya no en casa, sino de pie frente a los tuyos, en ese ruidoso aeropuerto. Agitabas las manos con una sonrisa a medias y un llanto que no querías exteriorizar, que parecía estrangularte sin ninguna compasión, con la vida entera compactada en dos maletas usadas no muy grandes, que era lo máximo que el destino te dejaría llevar. Ya en ese momento, sabías muy bien que pensar en la repercusión de las grandes decisiones nunca ha sido un trabajo fácil, y menos para ti. Te digo, te sentirás maravillado con muchas de las cosas nuevas que ahora formarán parte de tu vida. Aprenderás a conocer el valor del trabajo duro, de las nuevas amistades y de esta nueva soledad. Entenderás que hay olores, sabores o sonidos que te harán viajar en el tiempo, y te pondrá, de nuevo, en esos lugares donde alguna vez fuiste feliz. También pasarás por grandes desencuentros, no solo con aquello que hoy te rodea sino, con ese torbellino de emociones que ahora llevas por dentro. Habrá momentos donde sientas que esto no es para ti, que no vale la pena estar lejos de lo que amas por una aventura que, al final, no sabes cómo terminará; pero tranquilo, también aprenderás que el tiempo siempre trae consigo la calma. Sí, sacrificarás muchas cosas. Quizás sacrificarás una carrera profesional que tanto tiempo e ilusión te tomó. Sacrificarás el contacto con lo que te representa, con lo que siempre has sentido que forma una parte inherente a ti. Comprenderás que las despedidas no te parten en dos pedazos, dejando una mitad en el lugar de dónde vienes y conservando la otra en el lugar donde estás, sino que, al final, sabrás que te partes en muchos pedazos, porque dejas un poco de ti en cada momento vivido y en cada persona importante. Sin embargo, mi querido amigo, todo valdrá la pena, ¿sabes por qué? Porque habrás crecido en lo humano, en lo intelectual, en lo sentimental y en lo espiritual. Ahora eres otro, eres otro forjado por tus propias decisiones, que no olvida jamás de donde viene y cada día tiene un poco más claro a dónde quiere ir. Eres otro con un poco más de mundo, con nuevos idiomas, con nuevos gustos, con nuevos amores, con nuevas cicatrices. Como te dije, quizás no sirva de nada escribir al pasado, pero nada pierdo y mucho gano si logras leer esta carta. Con cariño;
Manuel del futuro.
2 Lugar: Titulo; Diáspora. Jesús Alberto García Silva, Lima. Perú
Perú, Lima, 04 de julio de 2020
Mi querida viejita. Te escribo, para que siempre tengas presente que te recuerdo diariamente, y te extraño cada día mas. No es fácil estar en otro país y menos lejos de la familia, siempre trato de ser fuerte y más cuando hablo con ustedes. Sin embargo es inevitable que pegue la nostalgia, y que haya días donde me quisiera despertar con ese olor del guarapo que preparas cada mañana. Gracias a Dios hemos estado bien, a pesar de que ha sido difícil, no me quejo ya que nos hemos topado con personas de muy buen corazón. Te cuento que mi primer trabajo fue el primer fin de año que me toco estar lejos de ustedes, ese 31 de Diciembre no lo olvidare, desde que llegue al país no había conseguido empleo. Ese día me llamaron por medio de Ruddi (es la prima de Hecmar que nos recibió acá en Lima) para trabajar como seguridad en una discoteca, obviamente dije que sí. Así empezó ese día, yo dispuesto a cumplir con mi trabajo como siempre. Estuve firme hasta que un compañero me dijo que ya era año nuevo en Venezuela, en ese momento me invadió una tristeza enorme. Primer año nuevo que pasaba lejos de ustedes, y sin poder siquiera mandarles un mensaje para desearles nuestro típico ¡FELIZ AÑO! Sin embargo, eso también me fortaleció y me ayudo a aclarar mis metas y enfocarme en lo que quiero junto a Hecmar. Por cierto, tengo que contarte ese momento cuando le pedí matrimonio. Fue algo que nunca pensé hacer, jejeje. Cuando te cuente sé que te vas a reír conmigo. Es un momento único, ella merece eso y mucho más. Como me decías, es una buena muchacha. Me hubiese gustado estar con ustedes en ese momento, no se pudo pero sé que van a venir vivencias muchas mejores para todos y vamos a estar juntos de nuevo mi viejita. Bueno, luego de unos meses vendiendo helados en la calle, logre conseguir un trabajo algo más estable. Si supieras que el fútbol me ayudó mucho en ese logro. Nuestro vicio, jeje. Ya tengo más de un año en ese lugar de trabajo, ahí de a poco avanzando. Eso sí, no dudes que seguiré trabajando y esforzándome para alcanzar nuestras metas y darte un poco de lo tanto que te mereces. Solo te pido que me esperes, sigue siendo esa mujer fuerte y guerrera. Yo pronto volveré y hare lo posible para que tú ya no tengas que esforzarte tanto y empieces a disfrutar los años que te quedan de vida. Le pido a Dios que sean muchos más. Espero estén bien, sé que la situación esta complicada. Sin embargo no dudo en que los muchachos se esfuerzan diariamente para tratar de resolver en lo que se pueda. Saludos a todos, diles que los extraño y siempre pienso y sueño con ustedes. Pronto nos volveremos a ver. Te amo mi vieja.
Jesús.
3 Lugar: Titulo, Carta a Francys, Autora: María Luisa Angarita Cabaña
Nacionalidad: Venezolana, País de residencia: Argentina.
Buenos Aires, 05 de Julio de 2020 Querida Francys: Recibe mi abrazo fraterno y caluroso, en medio de este año aciago que nos ha tocado vivir. Perdona que hace tiempo no te escribo, en esta nueva vida las horas se pasan a prisa y solo alcanzo a sobrevivirle al tiempo, especialmente en medio de este virus que nos amenaza a todos. Aquí hace frío, mucho frío, tanto que solo puedo desear estar allá en mi Maracay amada, junto al calor de los míos y bajo el sol sofocante de su mediodía. No ha sido fácil amiga, nada fácil la aventura, a pesar de que la fe me sostiene y no pasa un solo día sin que vuelva a implorarle a Dios su auxilio. Esta distancia daña amiga, daña profundamente el no tener cerca a los míos. El no poder abrazarlos ni escuchar sus voces reales, siempre distorsionadas por aparatos tecnológicos que jamás podrán suplir el contacto y la cercanía. Y no te puedo decir que estamos mal, a pesar de todo a la niña le ha ido bien en el colegio, en su rehabilitación y hemos podido proporcionarle mucho de lo que en Venezuela le faltaba, especialmente gracias al apoyo de muchas almas nobles que han acudido en su apoyo, y tú sabes mejor que nadie que solo estamos aquí por ella. Pero nada es suficiente amiga, nada alcanza, para llenar el vacío que nos ha dejado este cambio. Ella extraña cada día su tierra, ora para que todo mejore y podamos volver, mientras a mí se me rompe el alma al no poder darle esperanzas porque, sinceramente, no las tengo. Este proceso me está secando amiga, se está robando mis ganas de enfrentarme al mundo. Me siento como un fantasma, mirando en la distancia la vida de los que quiero, sin poder acercarme, sin poder tocarlos, sin poder hablarles porque en el fondo todos están tan ocupados sobreviviendo, que ya hasta nos han olvidado. Quien se va lleva siempre el dolor de la pérdida, solapada bajo la esperanza de un futuro incierto, y así estoy amiga, constantemente acechada por la nostalgia, atrapada en el duelo eterno que acompaña al exilio. He aprendido a caminar estos días como quien se recupera de una larga adicción, un paso a la vez, un día a la vez, para no sentir el peso de esta soledad sin tregua, que me abraza más fuerte ahora que la pandemia solo me hace estar en casa, afianzando el fantasma que soy, ese que ya nadie recuerda. Extraño poder abrazar, poder contar con una voz cálida diferente a la mía, sentir que aunque el mundo se caiga, tengo tu mano amiga para sujetarme y tus palabras siempre certeras para devolverme a la realidad. Me faltas, como me faltan las fuerzas, la esperanza y hasta la fe. Perdona por importunarte con estas líneas tristes y sin vida, hoy amanecí recordándote y quise escribirte cosas lindas, pero quedaron tapiadas por la nostalgia y la tristeza. Espero verte pronto y poder tomarnos el café pendiente, abrazarnos fuerte y recordar juntas, que las fronteras no existen cuando se tienen amigos. Te abrazo amiga querida, te recuerdo aunque pasen los días y mi silencio se haga un eco. Espero que tú y los tuyos permanezcan bien, y el amor de Dios les acompañe cada día. Tú amiga siempre,
María Luisa.
Les dejamos para que las disfruten y reflexionen.

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