
Antología Crepúsculo 2020
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Miércoles de autores de SADE Misiones. Hoy Gonzalo Herrera
El Vaso (Fragmento)
Del libro ANTOLOGÍA CREPÚSCULO 2020
Editado por SADE Moreno
Gustavo Argüelles, periodista de Buenos Aires, llegado a Neuquén por el año 1968, trabajaba desde entonces en el principal medio de la región.
Una mañana, llegó a la emisora más temprano de lo habitual, se saludó con la recepcionista, quien le comunicó que el agrio del gerente, quería verle.
Era para avisarle que, en los próximos tres días, deberá colaborar con una conocida periodista e investigadora, procedente de Buenos Aires, quien viene a escribir una nota sobre las obras de la futura represa del Chocón. Cuando supo el nombre de la colega en cuestión, tuvo que esforzarse para disimular la sorpresa que le causó.
Se trata de Helena Lakatos, viuda de Umpiérrez. Su esposo, Temístocles Umpiérrez, al ser descubierta su relación con una conocida modelo, se disparó con una Magnum 357, en la oficina del diario que dirigía. A Gustavo Argüelles le tocó cubrir la nota del suicidio. Después de tan lamentable episodio, colaboró con Lakatos en la conducción del programa Cultura y Noticias, por Radio Sintonía, de José C Paz. La relación entre ellos, avanzó, de a poco, algo más allá de lo profesional. Gustavo le decía a Helena que ella era para él, algo así como “La Tregua”. La relación con su esposa, quien intentó matarse, fue empeorando debido a cierto daño cerebral que le quedó como secuela del fallido intento por quitarse la vida. Hasta que decidió venir a la Patagonia.
Allí estaba, en la sala de espera del Aeropuerto de Neuquén, aguardando el arribo del avión con otro afán, aparte del periodístico.
Vio a Helena dirigirse a la recepción entre los pocos pasajeros de ese vuelo. Toda de negro vestida; firme, seguro, elegante y femenino su andar; la seriedad gestual aumentaba la belleza de ese rostro con ojos negros de penetrante mirada, la que no impedía un toque de dulzura. Ella fue hacia Gustavo y, sin saludarse, fundiéronse en un estrecho y prolongado abrazo. Apasionado beso incluido.
-¿Cómo has estado?, te fuiste de Buenos Aires y no supe más de vos…
-Pasó que a partir del “Onganiato”, allá se me complicaron las cosas y tuve que venir al Sur. Como tengo familiares en Cinco Saltos, me resultó más simple todo… ¿Y vos?
-Imaginate. Como sabés, tuve que hacerme cargo del diario y el espacio radial. Acompañame a retirar el equipaje.
Llegaron a un hotel ubicado en el centro de la ciudad. Helena confirmó su reservación.
-Registrate, mi vida, -Gustavo no entendía nada- dale. Cuando tu gerente me dijo quién me ayudaría, pedí que me reserve una habitación matrimonial. Total, ¿qué sabe…?
-Sí, mi amor, pero, ¿qué le digo a Tati?
-Además de periodista, sos escritor. Usá tu imaginación.
Paró el auto frente a su casa del barrio Confluencia.
-Te estaba esperando para que vayas a buscar algo para la cena, -fue todo el saludo de su esposa-.
-¿No podías ir vos?, por mí, no te preocupés, ya cené en el centro. Hoy llegó desde “Baires” una importante periodista que viene para hacer un estudio sobre la obra del Chocón. debo ir allá por tres días. Para eso me traje el móvil. En un rato me voy. Cargó en un bolso todo lo necesario y se despidió.
Ya en el hotel, Helena lo aguardaba en la habitación, viendo televisión en la cama. Vivieron su primera noche juntos después de casi dos años.
A la mañana siguiente, Gustavo tomaba mate en el comedor, aguardando a Helena para desayunar. Ni bien llegó, se pusieron a planificar la tarea del día.
Durante el recorrido por la zona de obras, entrevistaron al ingeniero jefe del complejo.
Regresaron temprano porque a esa altura del año, en la Patagonia, comienza a caer la noche después de las cinco de la tarde. Cenaron y fueron a dormir… (Continuará)
Gonzalo Herrera
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