Cuentos de Cortázar en la frontera

Cuentos de Cortázar en la frontera

Como lo veníamos haciendo desde el año pasado en Prisma, difundimos prácticas docentes que resultaron enriquecedoras en el trabajo con los alumnos, como las que les dejamos en este caso:

“Los cuentos de Cortázar y la práctica docente en la frontera entre Argentina y Brasil”

Los académicos de la Universidade Federal da Fronteira Sul, Realeza (PR – Brasil) que desarrollan su formación docente en Letras – Português e Espanhol, realizaron este semestre sus prácticas en el Instituto Federal do Paraná (IFPR – Capanema). Las clases fueron síncronas y asíncronas ya que no se están realizando actividades presenciales con los alumnos de la enseñanza media y técnica.

El IFPR, espacio que sirvió para la promoción lectora de cuentos del autor argentino Julio Cortázar, agrega los cursos profesionales de Técnico en Agroecología, Técnico en Cooperativismo, Técnico en Informática y, también, para la educación superior, la Licenciatura en Matemáticas.

*Para las actividades, los académicos recibieron orientación de la profesora Naiane Carolina Menta Tres (UFFS) y fueron supervisados por la profesora Lidiane de Carvalho Alves Pastorini (IFPR).

*Las propuestas para trabajar con cuentos del autor argentino surgieron como una preocupación de los académicos en integrar alumnos que viven en una ciudad de frontera, como es el caso de Capanema, al país vecino, Argentina. Así, además de la búsqueda por la promoción lectora, la idea era estimular la conexión entre los jóvenes alumnos y el espacio fronterizo entre Brasil y Argentina.

*Una de las propuestas, además de la lectura del cuento Continuidad de los Parques, y del estudio de los elementos del género textual, tenía como objetivos demostrar la literatura fantástica (famosa en el siglo XX en los países latinoamericanos) y estimular la producción de la escritura en la lengua española.

*El académico André Libarde comenta que: “Julio Cortázar es un genial escritor, tanto en sus obras más complejas, como Rayuela, como en una descripción sencilla con Instrucciones para subir una escalera. Por lo tanto, trabajar en su texto, con un grupo de español como lengua extranjera, fue obviamente un desafío. El cuento que elegimos, Continuidad de los parques, presenta dos ficciones, que llamamos primaria y secundaria, al final se produce una fusión entre las dos ficciones, de una manera impredecible y sorprendente. Aunque sea un cuento corto, no es de fácil lectura. Además de facilitar la interpretación del cuento por parte de los estudiantes, englobamos, al mismo tiempo, las cuatro habilidades que deben desarrollar los estudiantes de español como lengua extranjera: lectura, habla, escucha y escritura.”

En la secuencia se pueden conferir dos resultados de las clases. Son producciones textuales que los alumnos de IFPR escribieron después de leer y estudiar la estructura del género cuento:

El Búnker

Isabel Hollen Foquezatto

Solíamos hacer lo mismo todos los viernes. Siempre. Salíamos a las siete y volvíamos a las once. Mismo barrio, misma calle, mismo bar. Siempre lo mismo. Aquella noche en particular las cosas no salieron con normalidad…

El Ayuntamiento de nuestra ciudad emitió un comunicado diciendo que todos los ciudadanos deben permanecer en sus casas, cerrando puertas y ventanas y que debemos hacer el menor ruido posible. Pero, ¿por qué hacer todo esto? ¿Por qué estar en silencio?

Según la noticia, una criatura muy peligrosa que estaba siendo estudiada por investigadores en una base militar a pocos kilómetros de Fireville, nuestra ciudad, logró escapar y mató a casi todos en la base, dejando a un investigador y diez soldados con vida. Según contó este investigador a las autoridades, este animal, llamado Wendigo, es atraído por el ruido y devoró todo a su paso.

Incluso con todas las noticias, yo, Israel y mis amigos Stellar, Christovan, Anabel, Gutóvisk y Lars, decidimos reunirnos. Como el bar que frecuentábamos estaba cerrado decidimos dar un paseo por la ciudad.

No sabíamos si la noticia sobre Wendigo era realmente cierta o solo inventos para asustar a la gente, optamos por prevenirnos si pasaba algo. Cada uno llevó un “arma” con ellos para defenderse.

Pasamos por una gasolinera, que resultó estar abierta y compramos algunos bocadillos. Cuando estábamos a punto de dejar la conveniencia, escuchamos ruidos extraños y luego gritos. Con eso corrimos a escondernos, el asistente se asustó mucho y nos ofreció ayuda para que pudiéramos ir a escondernos en su búnker. Al acercarnos a la entrada del búnker, vimos un gran destello, un grito

desesperado y, por sorpresa, escuché la voz de mi madre “DESPIERTA TIENES CLASE DE ESPAÑOL”.

EL HOMBRE LOBO

Ana Carolina Linck Poloni

 

Solíamos hacer lo mismo todos los viernes. Siempre. Salíamos a las siete y volvíamos a las once. Mismo barrio, misma calle, mismo bar. Siempre lo mismo. Aquella noche en particular las cosas no salieron con normalidad…

En cuanto caminábamos por la estrecha calle que llevaría a nuestra casa, la cual era a lejos de la ciudad, en una región casi sin iluminación y cubierta de árboles, escuchamos un movimiento a nuestro lado. Escuchar ruidos en el bosque era normal, creímos que era apenas un perro perdido o un pájaro pero fuimos sorprendidos por el alto aullido del animal, no podría ser un perro.

Nuestro primer instinto sería correr si no estuviésemos aterrorizados. El son de las hojas siendo aplastadas por la corrida de un animal de cuatro patas nos paralizó. ¿Qué podría ser esto? mi memoria me llevó al pasado, cuando mi familia y yo nos sentábamos alrededor de una hoguera y contábamos historias del folclore local, yo no creía mucho pero algo en la voz de mi abuela me decía que era verdad, haciéndome cuestionar la veracidad de los cuentos.

Una criatura corpulenta salta en nuestra dirección mostrando sus garras y dientes caninos, casi no pude creer en mis ojos. El ser se equilibró en las patas traseras, en una pose de ataque y mi hermano gritó en horror, decidimos no permanecer para ver lo que la criatura era capaz y comenzamos a correr.

Al llegar al patio de nuestra casa el monstruo continuaba a perseguirnos, hasta el momento que escuchamos un ruido de un disparo. Abuela estaba posicionada detrás de una árbol con la escopeta mirada en el coracción de la criatura, después del disparo, se acerca al cuerpo checando la frecuencia cardíaca.

– Vengan – dice abuela en cuanto nos abraza por el hombro y lleva en la dirección de la casa – Tengo mucho que explicar.

*Desafío superado! Les mandamos un enorme saludo desde el equipo Prisma a las docentes y estudiantes involucrados en estas actividades.

A disposición!

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