Las nuevas tecnologías, herramientas clave para mejorar la escuela secundaria

Lo más importante que tenemos que conseguir en la escuela es el vínculo con el otro: si no nos vinculamos no vamos a poder aprender de ninguna manera.

Desafío de la educación actual. La pedagoga Carina Cabo presenta el martes próximo su libro “Escuelas reales en tiempos digitales”. Una propuesta para trabajar en educación.

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden mejorar y hacer más inclusiva la escuela secundaria. Esa es la convicción que sostiene la pedagoga Carina Cabo en su nuevo libro “Escuelas reales en tiempos digitales”. Considera que las TIC resultan una buena alternativa para transformar las “escuelas feed lot”, como llama metafóricamente a aquellas instituciones preocupadas por llenar de aprendizajes memorísticos a los chicos.

“Escuelas reales en tiempos digitales” fue prologado por la directora del Plan Conectar Igualdad, Silvina Gvirtz, y la ministra de Educación de Santa Fe, Claudia Balagué. Gvirtz resalta que el libro de Cabo “da cuenta de las oportunidades que ofrecen la tecnologías desde un enfoque que pone a las juventudes en el centro del análisis”; en tanto que Balagué rescata “la reflexión de la autora sobre la educación a partir de proyectos” facilitada por las TIC, además de plantear “propuestas concretas” sobre qué hacer y cómo con estos recursos en el aula.

El libro se presenta el martes 20, a las 19, en la Plataforma Lavardén, de Sarmiento y Mendoza. La presentación será con presencia de la autora y estará a cargo de Susana Rueda y Andrea Fiorino.

La preocupación que transmite la autora en cada capítulo del libro de Lugar Editorial (Colección Nuevos Paradigmas) es cómo transformar la educación valiéndose de las herramientas que posibilitan las nuevas tecnologías, desde las redes sociales hasta el uso cotidiano de internet para la búsqueda de información. Para tal desafío, uno de los primeros pasos que propone es comenzar a derribar estereotipos sobre los adolescentes y jóvenes, de alguna manera pensarlos en plural para admitir la diversidad y riqueza de estudiantes que habitan las aulas, además de revisar la enseñanza secundarias.

—¿Qué son las escuelas “feed lot”?

—Así como en el feed lot se pone a los animales en un corral y se les da de comer, en muchas secundarias se “encierra” a los alumnos en una escuela y lo que se quiere es que “rindan”; la evaluación entonces es la calificación todo el tiempo. Una de las características de estas secundarias es que en general, incluso las universitarias, son muy memorísticas, con materias que son más importantes que otras (matemática más que sociales, por ejemplo). Una alternativa, una salida posible a estas realidades la ofrecen las nuevas tecnologías. Pensemos que en la escuela conviven materias atomizadas, en espacios muy rígidos, las tecnologías pueden entonces resultar una manera de atravesar los espacios y los tiempos. Con el uso de las TIC se pueden hacer tareas en otro momento que no sea el de la clase, compartirlas en grupo, y no necesariamente en silencio, escuchando a un profesor que está al frente de un salón.

—Muchos docentes consideran que las tecnologías “distraen” a los alumnos en las clases.

—Hay que saber usarlas. El docente que sabe usar la tecnología la utiliza como una herramienta para su clase, con sustento, mostrándoles a los chicos para qué les sirven. Desde hacer una encuesta con Google drive hasta usar el Facebook. Hace poco utilicé Twitter para una actividad de evaluación, donde debían responder en 140 caracteres lo que habían leído para esa clase. Incluso hasta una alumna que estaba enferma respondía desde su casa. No sólo la pasan bien sino que habían estudiado de manera diferente a lo que ofrecemos siempre: pararnos en el frente para que nos escuchen.

—En este espacio difundimos la experiencia de una profesora de inglés que utilizaba Facebook en sus clases y con buenos resultados. ¿Se trata de promover este tipo de experiencias?

—Sí. Al igual que el libro, las redes sociales son herramientas que permiten pasarla mejor en la escuela, a los estudiantes y a nosotros los docentes. Depende de la habilidad del profesor cómo usar las tecnologías.

—Está la sensación que las capacitaciones docentes nunca llegan a tiempo para ponerse a la par de los estudiantes. ¿Es así?

—Hay que romper con el verticalismo para poder pensar que un chico de 12 años me puede enseñar a usar la tecnología que no conozco. Por otra parte, hay cursos, capacitaciones para docentes que ofrece la Nación que muchos docentes no hacen porque creen que no van a entender. Yo los hice y admito que tuve que leer y releer muchas veces. Sobre todo se basan en dar los fundamentos de las tecnologías (en educación) para que luego cada uno arme lo que requiere. Eso es lo valioso.

—En tu libro sugerís como propuesta para mejorar el secundario trabajar por proyectos o casos problema ¿Es posible hacerlo con el formato actual que mantiene la escuela?

—Es posible. Lo es pero con una buena gestión directiva, porque es la que tiene que garantizar espacios y tiempos para que los profesores puedan pensar estas alternativas. ¿Por qué no evaluar un proyecto en común, con un trabajo afuera de los alumnos, que sea de investigación donde se integren todos los contenidos? La lectura del libro o de la página de internet se hará entonces con un objetivo claro de aprender algo.

—Al principio de tu trabajo compartís la preocupación de cambiar la mirada estereotipada que hay sobre los jóvenes. ¿Cómo hacerlo?

—En un profesorado doy la materia “Psicología del adolescente”, debiera cambiarse por “Psicología de las adolescencias”, en plural, pensando en que el joven no es el mismo en todos los barrios, en un pueblo o en una gran ciudad. También para pensar que no es “la edad del pavo”, sino verla como una etapa importante en la vida del sujeto. Superar esa mirada estigmatizante, no mirar a los adolescentes y a jóvenes con una visión verticalista donde nosotros somos los que sabemos y ellos los que no saben. Sino ver al otro como un sujeto que también me puede enseñar y que en ese ida y vuelta construimos el aprendizaje.

—También te referís a que el sentido del secundario es “posibilitar el encuentro con el otro” ¿Es una propuesta para pensar en un nuevo modelo de escuela?

—Sí, totalmente creo en el vínculo del sujeto a sujeto. Lo más importante que tenemos que conseguir en la escuela es el vínculo con el otro: si no nos vinculamos no vamos a poder aprender de ninguna manera. Y el vínculo se hace con el afecto. No digo ni amor filial ni amor maternal por los alumnos, digo un afecto donde el alumno se sienta identificado como tal, como sujeto, donde nosotros podamos escucharlo y ofrecerle mejores formas de enseñar. Y eso también puede ir por el lado de las tecnologías que usamos permanentemente. Tecnologías que hay que llevar al interior de las escuelas para que éstas no sigan siendo esa institución del siglo XIX.

 

Entrevista: Aída Ofelia Giménez

En: La Capital

 

Reflexiones y propuestas

La primera parte del libro de Carina Cabo “Escuelas reales en tiempos digitales” está dedicada a las juventudes en la escuela, donde ofrece algunos datos cuantitativos y una serie de capítulos para reflexionar sobre la relación de los adolescentes y jóvenes con la escuela. También, alguna propuestas de enseñanza. En la segunda parte analiza las tecnologías de la información y la información (TIC), desde una caracterización a tener presente para cualquier proyecto pedagógico que se quiera emprender hasta posibles actividades de hacer en las aulas del secundario. Y en una tercera parte la autora ofrece algunas pautas para trabajar con con los alumnos y los docentes.

Además de pedagoga, Carina cabo es profesora en filosofía, psicología y pedagogía y autora del libro “La escuela ¿para qué?”. También especialista y diplomada en gestión de las instituciones educativas (Flacso), también en innovación local y diplomada en formación política y gestión local (UNR). Desde 1991 se desempeña en institutos superiores de formación docente y desde 2005 en posgrados universitarios en el área de pedagogía (UCA) y gestión de las instituciones.

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