“Los monos no son mascotas”

“Los monos no son mascotas”

En Prisma sabemos que a muchos niños y adolescentes les encantan los animales. De todo tipo. Es por eso que como el 01 de septiembre es el Día Internacional de los Primates* decidimos entrevistar a la Primatóloga** Luciana Oklander, (o “Luciana la de los monos” apodo cariñoso.)
 
P: Contanos de vos. ¿A qué jugabas cuando eras chica? Qué leías. ¿Mirabas tv?
LO: “Cuando era chica me gustaba mucho jugar. Tenía como estos muñequitos tipo topi y armaba como todas ciudades con todos los muñequitos. Y después de los doce años que fui a mi primer campamento me armaba una carpa dentro de mi pieza y siempre jugaba que estaba de campamento. Me había encantado estar de campamento.
Leía los elige tu propia aventura que me encantaban y me iba marcando tipo los finales para ir eligiendo los distintos finales y leérmelo completo. Y también miraba la tele pero poco porque en esa época había tipo una hora de dibujos, era “La ola verde” así que miraba esa hora que había de dibujitos y después a la noche miraba el “Topo Gigio” cuando decía que era para irse a dormir. Eso me encantaba. Y de hecho ahora se los enseñé a mis hijas la canción para irse a dormir del Topo Gigio.”
 
P: Contanos de tu secundaria. Cómo elegiste tu carrera. Cómo nace la afición por los primates, por la ciencia…
LO: “En la secundaria no la pasé muy bien porque a mí me gustaba mucho estudiar y entonces era como la “nerd” dentro del colegio y trataba de “comprarme” la amistad de los demás haciendo las pruebas y qué sé yo. Yo quería ser como del grupo de las rebeldes de las malas. Y la manera que tuve de entrar ahí era: hacía mi prueba y hacía la de dos o tres más, y bueno al final en 4to, 5to año ya pude estar en ese grupo, aunque nunca realmente pertenecí ¿No?
 Mi carrera la elegí, como que me vino sola, a los doce años decía que quería ser ingeniera genética para hacer una vaca que diera leche chocolatada y porque no sé, me gustaba la genética, me resultaba muy fácil hacer los problemas de genética. Tuve una profesora en el secundario, en segundo año, Bengolea, (la quise buscar y todo en Instagram no la encontré nunca) y fue la que me transmitió bastante la pasión por la biología, la verdad. Nada. Siempre tuve como esa pasión. De todos los cuadernos tipo, el dibujo de la célula, era el que mejor me salía. Tenía esa cosa así. Y después me encantaban los animales. Tenía como una colección de peluches de todos los animales. En esa época no sabía que iba a terminar con monos. Me gustaban mucho los delfines y las ballenas y todo eso que en esa época estaba de moda “Liberen a Willy” y todas esas cosas. Así que cuando estaba en 5º año ya sabía que quería ser bióloga o veterinaria o algo de eso y por los primates en realidad fue de más grande cuando ya estaba en tercer año de la carrera que había empezado a probar con todo. Bueno lo primero que quise estudiar era a los delfines. Me mareaba mucho en los barcos entonces dije no. Esto no es para mí. Después en un momento quise entrar en Parques Nacionales como voluntaria ¿No? Para estudiar felinos y me dijeron bueno olvídate!, nunca los vas a ver, solamente con cámaras o vas a ver las fecas. Bueno, después me metí a trabajar en genética con moscas. No me gustó tampoco. O sea, fui probando con varias cosas hasta que una vez me acuerdo que encontramos un cartelito. En esa época no había anuncios por redes. Entonces había cartelitos al lado del ascensor de la facultad que decían “Se buscan voluntarios para ir a buscar monos” para ir a seguir monos, y con una amiga dijimos: “bueno vamos”. Ni siquiera sabíamos que había monos en Argentina me da mucha vergüenza decirlo ahora pero bueno. Y ahí fuimos las dos me acuerdo. Tomamos un colectivo a Resistencia y nos fue a buscar un investigador en una Land Rover blanca y ahí nos llevó al medio de una isla, en el medio del Paraná entre Chaco y Corrientes que también acampamos, cruzamos en bote y todo y yo dije es esto! es esto! Y de ahí me acuerdo el primer día cuando nos levantamos, salimos de la carpa y vi los monos que eran los negros y dorados, dije no, es esto!. Realmente fue amor a primera vista. Y de ahí le dije a este señor bueno quiero hacer el doctorado en esto y ya no dejé nunca más.
Siempre quise, o sea, yo pensaba que el camino digamos para salvar especies, para hacer cosas de Conservación, era estudiar Biología directamente. Entonces hice tipo toda la carrera, como tenía que hacer, estudié biología, después hice el doctorado, con los monos, estudiando… En esa época había estudiado cómo les afecta la fragmentación, es decir, que corten y que les queden solamente “pedacitos de bosque”, ¿no? Con análisis genéticos, que era lo que siempre me había gustado y usando Conservación. Después me fui dando cuenta que hacer ciencia pura y solamente escribís trabajos y los publicás y eso difícilmente llega a los tomadores de decisión o sea a la gente que después hace leyes o regula o no sé o tiene que ver con políticas digamos, que puedan afectar o no al ambiente y primates y ahí fue que me di cuenta que tenía que empezar a hacer algo de gestión y bueno hice varias cosas. Primero tuve un intervalo en el que pensé dejar la ciencia y por eso me fui a vivir al medio de la selva un tiempo, pero después volví y ví que lo podía hacer quizás mejor a través de una ONG y fue ahí donde conocí otros colegas de otros países, de Perú y de Colombia que están haciendo trabajo con una ONG cada uno en su país, pero como que “abrían sucursales distintas” como para todos estar relacionados ¿No? Y ayudarnos también entre nosotros porque tenemos las mismas problemáticas de desaparición de la selva y de extinción y tráfico de primates en todos los países por igual.
Durante la pandemia decidí armar esta fundación con varios otros colegas de Argentina y bueno ahora estoy como que siento que ahora sí estoy haciendo bastante lo que me gusta. No solo ciencia pura que me encanta, pero siento como que tengo un deber también de tratar de salvar a las especies que estudio.”
 
P: Contanos sobre el mono carayá rojo
LO: “Sobre el carayá rojo yo en realidad trabajaba con carayá negro y dorado en Corrientes y Chaco y después por cosas de la vida terminé acá en Misiones y entonces acá en Misiones la verdad en esta provincia el problema más grave, la especie que está realmente en peligro es el rojo. Entonces me empecé a meter en el tema y por suerte en un congreso internacional pude estar en la decisión de los veinticinco más amenazados de esta especie. De hecho llegué a la provincia cuando fueron los brotes de fiebre amarilla (del 2007 al 2009). Hicimos varios relevamientos tratando de encontrar los pocos animales que quedaban y en el 2014 con un equipo de gente y un perro de búsqueda encontramos que quedan solamente tres lugares. Entonces desde ahí empezamos a pensar en hacer algún proyecto que realmente se concretó ahora en el 2023 cuando armamos el taller y se tomaron las decisiones de hacer educación ambiental, tratar de traer individuos de Brasil  porque ya como que si no se extingue sí o sí la especie.”
 
P: Dejanos un mensaje para los lectores
LO: “Y después como mensajes a los lectores para mí lo más importante es que el mascotismo es uno de los problemas que tenemos a mano más grave que podemos solucionar porque digamos la deforestación y eso se mueve más a otro nivel ¿No? No depende tanto de nosotros ¿No? Pero el tema ese de querer tener un mono o sea si bien es  natural, son divinos y nos encantaría tenerlos, tenemos que pensar que por cada mono mascota que hay, han matado a la madre y ese mono después en algún momento se va a poner rebelde por más que los primeros años sea divino y lo vamos a querer devolver y ya vamos a verlo arruinado porque ese mono ya nunca más va a querer comer lo que hay en la selva, nunca más va a querer trepar un árbol, nunca más va a volver a ser un mono, y va a estar en una jaula para siempre, por siempre, por culpa nuestra. O sea, tenemos que ser muy conscientes que los monos no son mascotas. Los primates no son mascotas. Y lo que tienen de malo es que es muy difícil de rehabilitar. Es mucho más difícil de rehabilitar que aves o que cualquier otra especie también es muy difícil hacer que vuelva a haber una especie una vez que se extinguió. Con las aves nosotros podemos agarrar los huevos y tener en incubadora. Con los reptiles lo mismo, con los mamíferos y con estos en especial que están seis meses embarazada y seis meses dándole de mamar, tienen una cría por año. Imagínense lo que es para volver a tener una población viable de estos animales. Así que del rojo yo creo que deben quedar treinta o menos en toda la Argentina y es por eso que estamos haciendo todo el esfuerzo. Con todo lo que implica porque tiene un montón de trámites burocráticos entre países y cosas, pero bueno, yo tengo fe de que lo vamos a sacar adelante y nada y es mi objetivo en el último tiempo tratar de salvar a esta especie en Argentina.
 Por favor ayúdenlos. Cada uno de ustedes puede hacer algo.
-Si vas manejando y ves monte de ambos lados bajá la velocidad.  Seguro cruzan animales ahí.
-Si ves otra gente que lo haga también explícales. Que los dejen tranquilos. Todos juntos podemos hacer un cambio!!!
 
–Cuánta pasión Luciana! Muchas gracias por la nota y a seguir educando sobre el cuidado del medio ambiente.
 
* Los primates son uno de los grupos de mamíferos con mayor cantidad de especies en el planeta, es por esto que se instauró el 1 de septiembre como el Día Internacional de los Primates. Con la finalidad de disminuir la amenaza de extinción de algunas especies.
 “primate” engloba a todos los simios y los monos.
 
**Es la Presidenta de la organización Conservación de Primates Neotropicales (NPC) y es Secretaria de la Sociedad Latinoamericana de Primatología.
Doctora en Ciencias Biológicas (UBA, Argentina)
Posdoctorado en Genética de la Conservación (UBA, Argentina-PUCR, Brasil)
Investigadora Asistente (CONICET) Áreas de Investigación: Primatología. Genética de la conservación. Conservación

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