
“Artilugios del corazón”
Siguen apareciende las mujeres escritoras de Misiones. Hoy les dejamos con Guadalupe. Conocela:
“Mi nombre es Guadalupe González, tengo 23 años y soy oriunda de la localidad de Santo Pipó.
Entre lo que mas amo hacer, se encuentran la escritura, la lectura y la fotografía. Creo firmemente que a través de ellas puedo conectarme y transportarme a diversos lugares y a la vez crear un puente que conecte mis versos con las diferentes realidades que atraviesan un sinfin de personas.
Desde muy pequeña comencé a leer, para ser más exacta a los 6 años, gracias a mi abuela paterna, la cual siempre me prestaba los libros que tenía su repisa amarilla.
A los diez años exactamente, sentí el llamado (como yo lo llamo) de la escritura.
En un principio escribía rimas para mi familia. Luego en la secundaria les leía a mis compañeras diferentes versos de mi autoría, esto hizo que comenzara a dejar los miedos y prejuicios atrás.
Para mí la escritura es un lapsus entre la memoria, el tiempo y un espacio determinado. Mi cápsula de escape donde se albergan todas las palabras que se encuentran en mi cabeza.
También es interpretar y más que nada traducir lo que un otro siente. Ser ese ancla del cual se valen para referir sus sentimientos.
Uno de mis sueños era este, poder encontrar un espacio y así llegar a más personas. También en un futuro perfeccionarme aún mas y escribir un libro.
La vida debe estar así, plagado de metas por cumplir.
Mi mensaje para los niños, adolescentes y adultos es que sigan intentándolo, que no se frustren por puertas que se cierran, porque siempre hay una esperando por ellos.
Que nadie les impida lograr ese sueño que está escrito en su corazón.
Atte: ClarodeLuna; Guadalupe González.”
Luz al final del túnel
‘ Hay historias que,
aunque son contadas por nosotros,
pertenecen a alguien más.’
Dijiste: “Nos vemos pronto”
y me apretaste contra tu pecho
muy fuerte.
Ahora es cuando me arrepiento
de no haber tenido las fuerzas suficientes para mirarte, darte un beso y
decirte ‘te quiero’
Pero ya es tarde, demasiado tarde.
Hice un nudo tratando de que tu voz
no se desatara de mi cerebro.
Tratando de no olvidarla,
para no olvidarte.
En este momento
tus pasos no se aceleran,
porque ya no puedes correr hacia mí.
Y solo yo puedo ir a buscarte
en parcelas de tierra,
colmadas de flores que no puedes oler.
Cuánto te necesito,
realmente te necesito.
Te siento cerca,
Incluso ahora que te has perdido
en aquel lugar que otros
no pueden conocer.
Quiero un respiro,
No soy egoísta
Pero no soporto “la presencia”
Cuando “tu ausencia” es la
que me lastima.
Mirar tus retratos
se ha convertido en una costumbre,
desearía poder tomar las llaves
y viajar para verte,
convertir eso ficticio en un abrazo
que solías darme.
Duele, duele, duele mucho.
Sentirte en esa canción
que solías tararear en voz alta
repetidas veces.
Estoy parado en una ciudad poblada
y no puedo evitar chocar con tu cara,
que se encuentra oculta
detrás de tanta gente. Pero recordé que es imposible ya que estás
en una calle distinta.
Hay noches que me despierto vagamente y te escribo un mensaje.
Los guardo en borradores, como aquellas cartas sin enviar.
Ahora comprendo que tu luz se apagó, mientras yo dormía en la oscuridad.
Y aquí es donde te pido
que me envuelvas con tus dulces manos.
Que te hagas presente
en mis sueños, porque en ellos
si te puedo ver.
Arrúllame porque, aunque he crecido, todavía me siento seguro en tus brazos.
Allí en donde estás:
¿Me escuchas?
¿Sientes cuánto te extraño?
Responde, por favor,
no te quedes callado.
¿No te das cuenta que me quema
por dentro tu silencio?
No hay necesidad más absurda que respirar cuando el corazón se apaga completamente.
Ahora antes de acostarme,
sigo manteniendo la puerta abierta
en caso de que intentes entrar.
Nadie puede entender lo que siento
el significado de despertarse
aún sin saber que
aquello que sientes duradero
se acaba de resumir en dos palabras
‘ hasta siempre’
No digas adiós, aunque por fin
estés durmiendo.
No digas adiós, porque avivas mi dolor.
No es un hasta pronto,
porque el domingo no te veré.
Aquel vídeo en el que apareces
ya no eres tú,
Incluso la fecha de tu cumpleaños pertenece a alguien más,
esas velas a tu nombre
no se apagaran ni siquiera con la brisa que entra del exterior.
Te aguardo.
Aquí, en la sala, con las pupilas cansadas.
Esperando que esa llamada que recibí
un martes por la mañana
no sea verdad.
Posdata: te amo, te amo.
Ahora sí puedo decirte que me guardes
un pedazo de nube,
paracuando te pueda visitar.
Paz en el caos
Estaba allí de nuevo,
Contando mis problemas
Y esperando respuestas
De personas extrañas que
no hacían más que correr.
Acostado en la cama
Sentía como
se me estrujaba el alma,
pues la incertidumbre
de qué podía pasar con mi familia
me agobiaba,
Y no sabía qué hacer,
ni a quién recurrir.
Al parecer
Me había olvidado
que me cuidabas y escuchabas
aunque yo no te pudiera ver.
Me había olvidado
que bastaba
juntar tan solo las manos
y cerrar los ojos,
para encontrarte.
Por el contrario
Prefería reprochar tus obras
y muchas veces dudar de ti.
En aquel momento
Era tal el cansancio
que ni siquiera me restaban
fuerzas para seguir.
No me daba cuenta
O no me quería dar cuenta
que mientras todos
vivían o dormían,
Tú eras el único que
me llevaba a cuestas
cuando me era imposible
mantenerme en pie.
En todo ese tiempo
ya no te veía reflejado en mis hermanos,
ni siquiera en mis pares,
Cualquier pretexto era perfecto
para aislarme y mantenerme lejos.
Creía que era mejor
quedarme en la nada,
Rodeándome de cosas vacías
Procurando no ligarme en “responsabilidades”
Como si todo en ti
Fuese una obligación.
Muchas veces me rehusaba
a escuchar a personas
que trataban de ayudarme,
Incluso sentado en una esquina
Negaba haber estado en tu casa
haber estado contigo
Para encajar en la sociedad.
Te rechacé tantas veces,
Y no me siento orgulloso de esto,
Y desde que me arrepentí
De tu lado siempre encontré el perdón.
Jamás has perdido las esperanzas
de que algún día regresara a tu casa
que también es la mía.
Que volviera con el mismo entusiasmo
de aquel niño que te visitaba
Y miraba desde lejos,
A un hombre diminuto
colgado en la pared.
Te veía como un héroe
que sembraba amor
Y que lo había entregado
todo
por nosotros, tus hijos.
Y ahora recordando me pregunto:
¿En qué momento renuncié
a mis creencias?
¿En qué instante
dejé de amar y confiar,
como ese niño
que alguna vez fui?
Ahora, después de resurgir
Comprendí que por más
Que tome una ruta distinta,
Trate de esquivar los inconvenientes
De abandonar mi esencia y
mis convicciones,
nunca, pero nunca, puedo alejarme de
Jesús ❤
Él sabía que yo aún
no estaba preparado
para volver,
sin embargo
Me acompañó cuando toqué fondo
Cuando vi morir tantas partes de mí,
Que ni siquiera conocía.
Cuando sufrí la pérdida de tanta gente
que yo quería
Y sin embargo lo primero que hice
Fue reprocharle a Dios,
Sin siquiera notar que él
era la roca de la cual me sostenía.
Grité enojada en dirección al cielo:
“si eres todopoderoso
cómo puedes arrancar de mi vida
a quien más amo”
Como si él no hubiese sacrificado
a su propio hijo.
Sé cómo se sienten
Yo tampoco le encontraba el sentido
a la vida
Lloraba con todas mis fuerzas
Sumido en mis pensamientos.
Y ahora que he sanado
la mayoría de mis heridas
entendí que Dios nunca me dejó solo.
En todos esos instantes de sufrimiento
Jesús estaba conmigo,
Respetando sus tiempos y los míos
comprendiendo que yo no era injusto,
solo necesitaba sanar.
Esperó a que yo esté preparado
Para la hora de regresar.
El dolor es la consecuencia de
un duelo profundo
Donde perdemos el alma y un poco más.
Todos nosotros lo transitamos.
La vida está llena de altibajos
Solo que ahora encontré en Dios
Mi refugio,
Sé que, si lo busco, el tomará mis penas
Y aliviará mi carga.
Siempre habrá situaciones difíciles
De las cuales creeré que no habrá salida
Pero es aquí donde una fuerza
Descomunal, llamada fé, actúa.
Yo me perdoné
Sé que Dios también.
Ahora debo aceptar
Que no puedo con todo
ni que es un deber poder.
Que necesito ayuda,
Que en aquel que menos espero,
está Jesús obrando
de formas misteriosas.
Que si me aferro a encerrarme
será imposible que la luz disipe
Las nubes grises que empañan mi vida.
Los problemas crecerán
Claro que si
Pero él ya tiene preparado
las herramientas que necesito
para defenderme.
¿Y si caigo?
¿Y si me alejo de nuevo?
Ahora sé que mi Dios
Siempre estará cerca o en la puerta
aguardando
por mi.
El que ama como Dios ama
Nunca se cansa de esperar.
Él es nuestro escudo,
nuestra respuesta,
y salvación.
Artilugios del corazón
Oh, cariño, ¿dónde está nuestra opción de subtítulos para que pueda entenderte?
Te siento allí, sé que me quieres
pero en este momento
nos encontramos en sintonías
distintas.
No me mires como si pronunciara algo absurdo porque
tú sabes bien el por qué algunas cosas están destinadas a no ser.
¡Oh mi querido desconocido!
Abres las puertas de mi cielo y no puedo evitar que tengas un golpe cruel de realidad.
Mi intención no es dañarte,
Pero me empujas a cerrar este circulo
que se traza entre los dos.
Querrás fervientemente a un otro,
pero ese -alguien- no seré yo.
Guadalupe
Muchas gracias por la nota
Recibí mucho amor a raíz de ella ❤✨