La violencia vuelve a la pasarela con un adolescente y una niña como protagonistas

La violencia vuelve a la pasarela con un adolescente y una niña como protagonistas

Mucho se escucha y se lee sobre violencias en todos lados… Está bueno que se hable. Pero más bueno estaría que se pase a la acción, con acciones reales, eficientes, profundas, que impacten.
A veces no entendemos cómo puede haber tanto discurso cargado de posmodernidad, lujos, moda, tecnología y otros vocablos más, cuando a la vez, a la vuelta de la esquina hay casos de pobreza, violencia, desidia que son increíbles y como que no cuajan, no cuadran…Como si no pudiéramos/quisiéramos salir del boludeo, finjamos demencia y eso no pasó, no pasa. Lo superficial arrasa sin competencia en esta carrera.
HOY, nos encontramos con el corazón pesado y la mente llena de preguntas. En la última semana, dos tragedias han sacudido a Misiones. El parricidio en El Soberbio y el asesinato de Fabiana en 25 de Mayo nos han dejado una profunda sensación de tristeza y urgencia. El interior de Misiones, la frontera con Brasil, los “bordes”.
-En El Soberbio, un chico de 14 años fue acusado de matar a su padre de un escopetazo en la cabeza. El incidente ocurrió después de un episodio de violencia familiar. Este acto de violencia extrema dentro de una familia nos hace cuestionar qué tipo de entorno y circunstancias llevan a un joven a cometer tal acto. ¿Qué señales se pasaron por alto? ¿Qué apoyo faltó? Es un recordatorio doloroso de que la violencia familiar es una realidad que no podemos ignorar.
-Por otro lado, en 25 de Mayo, una niña de 8 años llamada Fabiana fue brutalmente atacada y asesinada. La inocencia de una niña fue destruida por un acto de crueldad inimaginable. La niña fue encontrada gravemente herida y, antes de fallecer, identificó a su agresor como un vecino. Este tipo de violencia sexual es una mancha en nuestra sociedad y un recordatorio de que debemos hacer más para proteger a nuestros niños.
No podemos quedarnos de brazos cruzados. Debemos estar atentos, denunciar cualquier signo de abuso o violencia, y apoyar a las víctimas y sus familias. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la creación de un entorno seguro para nuestros niños.
Es urgente implementar políticas más efectivas para la protección de los niños y adolescentes. Necesitamos más recursos para la prevención de la violencia, programas de apoyo para las familias y una justicia que actúe con rapidez y firmeza contra los agresores. No podemos permitir que estos casos se conviertan en una estadística más.
Cada niño merece crecer en un entorno seguro y amoroso. Es nuestra responsabilidad, como sociedad, garantizar que esto sea una realidad. No podemos permitir que la violencia siga arrebatando vidas y destruyendo familias. Es hora de actuar, de unirnos y de trabajar juntos para construir un futuro donde nuestros niños puedan vivir sin miedo.

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