Hugo Passalacqua: su visión de la niñez, educación, lectura, deporte.
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El diputado Hugo Passalacqua, actual vicepresidente primero de la Cámara de Representantes y ex gobernador de la provincia de Misiones, estuvo recorriendo varios medios, dando entrevistas y notas a todos. Y llegó el turno de Prisma.
Iniciamos la charla hablando sobre el día del niño, comentando que desde nación proponen que se llame el día de las infancias a lo que el diputado, inmediatamente dice, yo prefiero día de la niñez, porque infancia es una palabra que en su etimología encierra “sin voz”, acordate que antes los niños no tenían voz, no valía su opinión…fin de la intro. En su narración estuvo jugando con el lector/escucha entre pasado, presente y futuro así que tenés que estar muy concentradx. Ponete cómodx, sentate a leer (acordate que promocionamos la lectura)
P: Cuentenos sobre su niñez
HP: “Infancia significa los que no tienen voz, y no es así, hay otras formas de expresarse, y otro justamente porque yo de niño fui autista. A mi me saca el autismo en el jardín. Yo fui a un hermoso jardín, tuve una familia muy linda, normal, gente trabajadora, siempre con cariño, pero era un chico que estaba mirando la pared todo el día. Hasta que un día, una plastilina, nunca me voy a olvidar, tenía 4 o 5 años, sentí, y esto lo deben saber seguro muchos padres que tienen hijos en esa situación, (-hay profundidades por supuesto ¿no? No hay que asustarse, ni perder la esperanza, ni creer que no tiene solución- todos creían que yo tenía un problema neurológico, que no tenía solución, que yo iba a estar mirando una pared toda mi vida, y ese es un mensaje que yo siempre les transmito a los padres,-tampoco hablo de esto todo el día-, no quiero dejar pasar la oportunidad porque, siempre se puede salir, es un tema del estímulo), yo veo una plastilina roja, me acuerdo como si fuese hoy a la mañana, me acuerdo hasta del olor, porque era una combinación de forma, tacto, de olor y me acuerdo de mi compañerito que estaba al lado, en una mesita chiquita, era gurisito y ¡mirá! el mundo es maleable, se puede transformar, se puede transformar el mundo, y me acuerdo lo que pensé en ese momento, lo tengo clarísimo, y a partir de allí fue un despertar. Me costó. Yo terminé, pasé el primer grado, en el mismo colegio, el último día, yo estaba a punto de repetir…Me gustaba mucho la lectura, mucho. De hecho, era el último día de clase, si no decía una palabra estaba complicado, y vos sabés que me salió, era un aviso de medias “medias Paris” y de golpe mi boca pronunciaba Paris, y pasé de grado.
Yo siempre estuve en contra de las evaluaciones de primero a tercer grado, por lo menos. Grado1, grado 2, grado 3 y nosotros tenemos un concepto muy gradualista y militarizado, hay que seguirlo de largo, no podés evaluar primer grado, segundo, tercero, porque lo que no aprendiste en el primero, lo aprendes en el segundo, o sea…esa cosa de repetir… ¡¿Repetir 1er grado? ¿Cómo vas a repetir 1er grado?! Y la repitencia es compleja porque es la antesala de la deserción. Aprendí a leer y escribir, terminé séptimo grado abanderado y tuve una vida totalmente normal.
Toda mi niñez fue en Oberá, hermosa, llena de juegos, centro de la plaza, jugando a la pelota muy mal, horrible jugaba a la pelota, menos mal que no hay premio Guinness a lo peor, porque si hubiese un concurso de peor jugando al fútbol, yo me ganaba por lejos el Guinness. (risas) Ahí me cambié al básquet, en todo ese período de “transición” digamos. A los 7 años es como tomamos conciencia del mundo, según Piaget y es verdad, por eso hay que tener mucho cuidado lo que hacemos con nuestra niñez, o lo que hacen de nuestra niñez, hasta los siete años. -Obviamente después también…- Todo es importante, la lactancia, por supuesto, pero el tema es cuando se aproxima los famosos siete años, por eso primer grado está antes, no podés hacerle repetir antes de los siete años, además, porque se le ocurrió a un fulano en 1700 de lo que tenía que ser la educación y quedamos hace tres siglos que venimos. Tres siglos! que venimos de la entrada a tal hora y yo no sé si la educación tiene que ser tan gradualista, no sé, porque hay procesos madurativos distintos, pero no es para ponerme a hacer una revolución educativa ahora, no, (risas) no es ese el criterio de la charla no…
Lo que sí, yo tuve una niñez hermosa, muy amorosa, muy cuidada, con una hermana también. La inteligencia que yo no tuve, la tuvo ella, (risas) ella se fue a sala de 5 habiendo aprendido a leer y escribir sola, y habiendo leído ya La Ilíada y La Odisea. ¡5 años! Un “genio embotellado”… y yo era una persona quieta, simple, siempre fui así sereno y la otra que revoloteaba como un satélite. Era como un contraste, y venía la maestra y decía seguro que usted es la hermana de…” (risas)
P: Cuéntenos sobre su adolescencia:
HP: “Me dediqué mucho al básquet. Toda mi adolescencia hice muchísimo deporte, nunca dejé de estudiar, todo era compatible, era una persona muy festiva, era muy salidor y estudiaba, también fui abanderado en el secundario, a lo que voy es, que se puede hacer todo junto: estudiar, hacer deportes y salir con los amigos. Y la disfruté a la adolescencia en todo sentido, todo bien. Podíamos salir, volver muy tarde, ducharnos ir a la escuela y estaba todo bien, después por la tarde me iba a jugar básquet. Yo jugaba en OTC. Desde muy jovencito yo jugaba de base en Oberá Tenis Club. Eso fue en resumida síntesis, esta es la versión corta, después está la versión larga que dura un semestre contarla (risas) Para el básquet sí era muy bueno, así como era pésimo en el fútbol, y lo reconozco, el tema del básquet me recontra gustaba y me sigue gustando. Ahora ya no miro más, pero me encanta. La pasé muy bien estuve en la selección misionera juvenil, hasta un momento pensé ser profesional, en aquel momento a los 18 años, pensé la posibilidad, me embalaron dos equipos en ese momento famosos: Ferrocarril Oeste en Buenos Aires lo pensé unos días, pero no, no. Flipé algún día con eso de la cancha llena, como todos los jóvenes, entra a un estadio y que griten tu nombre (risas)
P: ¿Ud cómo ve ahora la niñez y la adolescencia en Misiones? ¿Los chicos hacen ese equilibrio entre el deporte, el estudio y salir?
HP: No. Porque creo que el estado y me hago cargo, no, mi correspondencia, si bien el estado somos todos digamos, el estado formal, de sistemas, del sistema educativo básicamente, le daba una importancia fuerte al esquema deportivo, muy tentador en lo deportivo y se perdió. Vamos a ser sinceros, eso se perdió. La gimnasia o la educación física, era una especie de recreo y ahí fallamos, me incluyo hago un mea culpa, no lo hicimos atractivo era un lugar de encuentro y esparcimiento mas que de hacerles saborear a los chicos disciplinas que te forman mucho como persona, y te forman en valores, porque yo siempre fui a los “Evita”. Yo antes de esto trabajaba en el poder ejecutivo y nunca me perdí un Evita, -de hecho yo jugué en los Evita-, y a mí me gustaba ir al comedor con ellos (con los jóvenes misioneros que participaban en Mar del Plata) iba a hinchar por Misiones, viste que te vas a vóley, te vas a hockey, te vas a atletismo y siempre le decía a los chicos, en la cena o en el almuerzo, cuando estábamos todos juntos, que lo más importante, si llegan con la medalla buenísimo, pero el objetivo no es ir a buscar una medalla, el objetivo es otro, es una composición, por eso yo le llamo “Escuela de valores” porque vos aprendes a respetarte a vos mismo, a tu cuerpo, que no es poco, a respetar el cuerpo del otro, a compartir, a saber dirimir conflictos, ser solidario, tenés que tener respeto por el esfuerzo propio, las cosas que se logran con esfuerzo. Todo eso enseña el deporte. En los deportes como el fútbol, cada uno tiene una función, el trabajo en equipo, es un conjunto. Y eso después, trasladado a la vida cotidiana, te sirve muchísimo. Además de la cosa física, la sanidad, la mejor calidad de vida, sobre todo después con los años, haber hecho deporte te sirve muchísimo, es trasladado eso a la vida y eso yo traté después de aplicarlo. Con los adolescentes, los jóvenes, se aprende muchísimo. Yo aprendí muchísimo. Está bien el enseñar, pero es muy rico el aprender…
El atletismo me encantaba. El atletismo era como mi gran pasión. yo corría 110 con vallas. Después de los 24 años, que era otro sueño de los tantos fracasos (risas) desde chico yo quería ir a una olimpíada, pero quería competir en atletismo, y en 110 con vallas, la verdad que me iba bien gané torneos, y a los 24 ya estaba como pasado de edad, y no pude no supe no quise dar el salto. Me acuerdo el día que cumplí 24 años fue, dije no y lo dejé, lo “solté”
Entonces, volviendo a la pregunta: si los chicos articulan todas estas actividades en la actualidad: No. Porque el estado está fallando en el sistema educativo de hacerles ver digamos que el tema del deporte es muy importante.”
P: El deporte les aleja también de las adicciones
HP: “Escuchame, vos ponés una canchita en un barrio y ¡te baja inmediatamente, pero te puedo dar datos estadísticos!, los índices de violencia en el barrio, los índices de adicción, ¡todo te baja! Especialmente el fútbol. Vos ponés una canchita y todo cambia en el barrio, todo mejora. La gurisada tiene cosas más sanas para hacer y el estado también… Yo hice el Ministerio de Deportes, cuando estaba en el ejecutivo, porque me parecía que hacían a una construcción social, no era solamente por el deporte, era porque es una forma de contribuir entre tantas como los que son religiosos, la religión o el sistema educativo, como la familia, los padres, los medios de comunicación. El deporte es un gran contribuyente a armar un tejido social más sólido. Es muy importante.
P: Desde Prisma nos gusta saber sobre las lecturas de nuestras entrevistados ¿Qué leía en la niñez, la adolescencia?
HP: “Está buenísimo que ustedes se ocupen de la educación, porque a veces suena que, a la gente, le suena aburrido, el tema de la lectura.El estimular lecturas. Hablando de adolescencia. Yo era una persona que no leía nada, salvo revistas deportivas, punto. Que era algo, leía “El Gráfico” y mi madre pobre me quería hacer leer, literatura, ficción, pero sin presionar. Me ponía un libro al lado de la cama, pobrecita, y yo el libro lo corría, esto no es para mí pensaba, no sé, no me interesa, ya tenía el concepto que la literatura es aburrida. Tenía esa idea hasta, que me pone un libro de Agatha Christie: “La muerte visita al dentista” nunca me voy a olvidar. 15 años tenía, promediando el secundario y pensé, ¡qué titulo interesante! y empecé a leerlo, me dí cuenta cuando terminé, no te voy a decir otra persona, pero bastante parecida a esa sensación. Me sentí distinto, más importante, había pasado por una época, decenios atrás, mi mente se había agilizado un poco buscando quién era el asesino, y había disfrutado un montón, me había metido dentro de la obra y de ahí en más es como que no parás. Y eso también “fallamos” digo yo, como estado digo yo, y mirá que hicimos esfuerzos, pero también el sistema tiene que colaborar más en la promoción de la lectura.”
*Dialogamos sobre el docente mediador, el pánico escénico al pasar a leer al frente, sobre la idea de que el que lee no hace nada, sobre el plan nacional de lectura y los libros que llegaban a las escuelas, las capacitaciones que se hicieron y hasta sobre el bilingüismo en escuelas de frontera. La prohibición de hablar la lengua madre desde los primeros ciclos, etc*
P: Pero se hicieron muchas capacitaciones sobre lectura…
HP: “Sí, muchas capacitaciones en la época de Daniel Filmus…
Yo siempre fomenté, yo soy de Oberá, más o menos en la costa…es una riqueza que puedan manejar dos lenguas. Mirá, la lengua castellana tiene 95 mil palabras oficiales, más anglicismos, latinoamericanismos, pero vamos a quedarnos en las 95 mil: un chico que sale del secundario, promedio, en Argentina, cuando empieza el secundario está en 600, 800 palabras, de 95 mil. El abanderado puede estar bordeando las 1500, qué quiero decir con esto: vos te estás perdiendo… cada palabra es un universo, y la combinación de palabras que vos tenés en tu cabeza para desarrollarte como persona hasta para decir a una chica te quiero, se puede ser más “florido” cuando se conocen más palabras, es una cosa que te da la lectura, te da una riqueza de vocabulario vas aprendiendo, y cada palabra, -en eso yo soy muy Levi Strauss, no creo en sinónimos, no hay sinónimos, cada palabra significa algo…- Otra oferta que te da la lectura es que aprendes cosas, situaciones, paisajes, personajes, tiempo, nuevas modalidades, a veces vos transpiras yo he llegado a transpirar mientras leía, de la tensión que generaba la historia, te da vocabulario. Tener una riqueza de vocabulario, te permite que cuando armas un pensamiento, seleccionas las palabras, si manejas 15 mil palabras tu riqueza de pensamiento y construcción de frases es otra. Hasta para conseguir mejor trabajo, te eleva la autoestima, todo. No te digo que la lectura te soluciona la vida porque nada es mágico, pero es un gran contribuyente.”
P: Además te permite crear mundos posibles. Cuando ya estás cansado de la cuarentena, el encierro, lejos de los amigos; la lectura te transporta a otras realidades que te alejan del aburrimiento y el encierro por un momento. Hay que hacer un equilibrio entre la pantalla y la lectura. Inclusive necesita practicar la escritura, para poder expresarse, entender lo que leen…
HP: “Hace un tiempo, cuando daba clases a chicos y chicas de 21 años, promedio, a veces yo les daba para leer algo, aunque sea un artículo deportivo para que lean, y les pedía que me relaten lo que leyeron y les costaba horrores, pero comprensión de un texto elemental, no te hablo de Kant, y después me decían “la verdad que no entendí”, se hacía muy difícil. Filmus en eso hizo un gran aporte, con la promoción de la lectura.
P: Con la promoción de la lectura hay que hacer un equilibrio, entre la lectura y las nuevas tecnologías.”
HP: “La tecnología ya está instalada es parte de tu vida, hay que cuidar que no haya un sobre abuso. Yo soy un fanático de la intercomunicación, la telemática, la tecnología digital pero el aula es irremplazable. El aula no hay forma de reemplazar, porque se aprende, se enseña, pero primero se aprende, en una atmósfera, tiene que haber una atmósfera, ¡el aula no son las paredes eh! Yo di clases bajo un arbolito, en el bufete de la facultad, las mejores clases, fueron en el bufete de la facultad, para sacarle la idea a mis otros colegas, de que las cuatro aprendes, no son exactamente eso, y si la clase está aburrida, cortá unos minutos, tampoco tiene que ser aburrida. La atmósfera te permite ver quién entendió quién no entendió, si tiene la mirada perdida, algo le pasa, le dejó la novia, le pegó el papá, no come hace tres días… ¡vos trabajas con personas! Yo siempre les decía a los chicos, estén atentos a los compañeros, de al lado. ¿Faltó tres días, y por qué no vino? ¿No lo fueron a ver a la pensión? Tocá el timbre y vos tenés que saber qué pasó con ese estudiante. Es un tema de mirada… eso el Zoom no te lo da. Pero también te da otras cosas: la posibilidad de hacer una interconsulta, una exposición, contactar con alguien que está a miles de kilómetros y no y cómo trasladarlo, bueno, es una herramienta valiosísima en ese sentido.
Yo fui hace varios años, a Barcelona. La Universidad Autónoma de Barcelona a la entrega de un premio que se llama “Aula Tic”, era el premio más importante de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, sistemática, no la informal, y ese año lo ganó un jardín, y los chicos armaban cubos, en una pantalla digital. Ahí sí, compartís con los alumnos, porque estás vos y la tecnología en el aula, con tus alumnos, sacas la digital y podés escribir con tiza, podés poner un video sobre la historia de la humanidad, el planeta, cómo se formó, sacas, desconectas internet, volves a escribir, ¡eso para mí es lo máximo! Estamos yendo a un híbrido. Hoy se habla de “educomunicadores”, que no es el educador más el comunicador, es un “jugador” nuevo, que hay que formarlo, de los IFD a los profesorados, formar otro modelo de docentes.”
P: ¿El docente tiene que estar formado para todo: educación sexual, educación, vial, nuevas tecnologías…?
HP: “Ahí yo salgo en defensa del colega. El año tiene 8 mil horas, el sistema educativo son 800 horas, el 10% el otro 90% no está en la escuela. Y la Ley Nacional de Educación, la que fuimos tres los co-redactores, entre ellos Filmus, que suple la Ley Federal, pone como responsable de la educación al docente, padres, tutores y los medios de comunicación que fue un agregado mío. La ley tiene más de diez años, obsoletísimo, con las redes ahora, no existía WhatsApp, no existía Facebook y en eso de las comunicaciones todo lo actual queda obsoleto rápidamente. Una ley nueva ya es vieja. Pero hay que hacer hincapié en que hay que ser muy cooperativo en el proceso de educación, sino todo cae sobre el docente. Hay que enseñar el acoso, van para el ministerio de educación, hay que enseñar educación vial, van para el ministerio de educación, al final, hay un mundo de cosas, no lo podés formar al docente y para eso también están los padres, que creo que algo se rehízo el contrato de hijos padres, se había roto ese pacto. Se hablaba mucho cuando yo trabajaba en educación del acompañamiento del hijo a la escuela yo les decía, no es solo llevarle, ahí no terminó tu responsabilidad, ahí vos le delegaste un rato nomás, pero después vos lo buscaste y otra vez te vuelve a vos la responsabilidad de enseñar, con actitudes, con comportamientos, con la palabra, a veces, los padres pueden no saber la tabla del 9, pero lo va a estimular de otra manera, lo va a acompañar de otra manera, hay mil formas de acompañar el trayecto escolar, y los medios, por eso los recontra felicito a ustedes, tienen que tener un compromiso mayor con el proceso educativo, que pasa por un mejor uso del lenguaje, por la nueva elección, elevar el nivel de preguntas, hacer preguntas sobre educación que no es solo “la tabla no anda, el baño se rompió…”
P: Preguntarle a los chicos: qué lees, qué haces en tu tiempo libre…con una mirada más positiva.
HP: “Claro, con eso haces que el chico reflexione, qué estoy leyendo, esto hice. Porque los medios tienen responsabilidad. No es solo el bardeo para calentar la pantalla más que otra cosa, que son contributivos a una formación humana un poco cuestionable, pero vamos a ese armado de tejido interior de la persona, el ejido social, los medios…ahora las redes están u poco más vigilantes de los contenidos…una cosa es la libertad, la otra el libertinaje en la información. Yo creo ser una persona con la mente abierta y modernista y me encanta el futuro y lo que viene, pero hay cosas que atentan contra las personas.
*Continuamos con la mirada que la sociedad tenía hacia los jóvenes, la formación y el cuidado integral de la niñez y llegamos así a La ciudad de los niños y las niñas, proyecto en el que Prisma trabaja desde comienzos de año. Le contamos sobre la campaña que lanzamos de preguntarle a los niños sobre cómo quieren festejar su día. y de las respuestas de estos niños: “quiero comer pizza con mis primos”, etc, donde el niño se siente empoderado porque le preguntaron a él, no se lo impusieron. Lo invitamos a sumarse a La ciudad de los niños y las niñas*
HP: “Claro, cumplir un sueño, la autoestima crece, porque la vida es dura, y si a esa edad, sin golpearle, porque la educación hace poco era a los bifes, eran “golpes correctivos” “golpes pedagógicos” ¡eran golpes!
No era esto que vos estas contando que es hermosísimo, Tonucci en su expresión máxima, que todo gire sobre el niño, y darle alas para volar, también es fortalecerlo como persona, y en los conflictos que va a tener que van a ser miles, los tenés vos los tenemos todos, no nos damos cuenta pero decenas de veces por día estamos lidiando con situaciones, donde nuestra autoestima tiene que estar en su lugar, no digo que se sientan en el Olimpo y sean arrogantes, siempre con humildad, pero seguro de vos, porque el mundo que te rodea no es fácil. Era más difícil antes, antes el niño no tenía ningún tipo de derechos, era un adulto chiquito nomás apenas podía levantar el bracito ya trabajaba. Los derechos del niño es una modernidad del siglo XX, despacito, fuimos progresando, falta mucho por recorrer, pero despacito vamos dando el paso y ustedes lo están dando…”
Muchas gracias Hugo Passalacqua por recibirnos y enseñarnos, por su humildad para compartir sus experiencias con toda la sociedad misionera. Por más charlas!
Les dejamos un saludo del diputado al final de la nota.