
Aprendizaje disruptivo en la Escuela de Robótica de Misiones
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Hay muchas cosas que ocurren en la provincia que llaman nuestra atención y de la que no nos enteramos o que nadie sabe explicarnos bien. Fue así que nos acercamos a la Escuela de Robótica de Misiones que cada vez tiene más alumnos y hace actividades fuera de serie. (La mayoría de las veces cuando decimos que somos de Misiones, nos asocian a la selva como si fuéramos todos parientes de Tarzán pero la verdad es que estamos igual o más avanzados que en muchas otros lugares del mundo, pues contamos con una Escuela de Robótica que nos abrió la cabeza a todos).
Prisma se acercó a la escuela para conocer de cerca su funcionamiento y contarle a sus modernos lectores cómo funciona esto.
Entrevistamos a facilitadores de todos los trayectos y a la coordinadora.
Comenzamos con Mariana facilitadora de Tecno kids: trabaja con niños de 5 a 9 años con 3 ejes principales: la programación, la electrónica y la mecánica. Dentro de la electrónica se dan circuitos básicos, 3 niveles: básicos, intermedio y avanzado y empiezan a armar circuitos simples, encendido de led, usan interruptores y todas las experiencias que tienen las aplican a la realidad. “Es decir, ellos nos cuentan dónde pueden ver un interruptor, en qué le pueden dar uso, siempre tratamos de llevarlos a la realidad, después en cuanto a la programación, tenemos 3 aplicaciones: Ligthbot, que es lo más básico, donde ellos tienen que dar instrucciones simples, a un pequeño robot hasta encender la luz, después Scratch junior que también hacen animaciones pero con comandos simples y después un Scratch más avanzado, que es para los chicos más grandes. Los chicos llegan exaltados y se van más exaltados, porque lo hacen todo ellos, son protagonistas de su propio producto, desde encender un led hasta hacer animaciones con la programación, todo lo hacen ellos, por eso es tanto el interés en venir constantemente a la escuela. Las tabletas son su mayor atracción, tienen todo a su disposición, pueden hacer uso de cualquier material y nosotros somos sus guías.
Respecto a la evaluación, Mariana le contó a Prisma que todo es en proceso: desde el inicio hasta el final. “Nosotros vamos haciendo pequeñas prácticas, vamos de la práctica a la teoría y al final elaboramos diferentes tipos de proyectos, donde ellos tienen que aplicar esos conocimientos que construyeron anteriormente y ahí es cuando nosotros nos damos cuenta qué conocimientos adquirieron, si fueron capaces de elaborar ese proyecto por sus propios medios.
Los chicos vienen con conocimientos previos: “lo que a mí me sorprende, yo soy maestra jardinera, y planificando, se planifica el cuento y lo contamos con el libro, pero ellos vienen y te dicen: vimos un video de youtube, y nos van contando sus experiencias y la alfabetización digital está a la vista. La planificación de una escuela normal es muy distinta a la nuestra porque al dar los números, los chicos ya los aprenden de una manera diferente, ya que van asociando lo que ven, en las herramientas que usan. Con lo que ellos saben van incorporando lo que nosotros les damos y van aumentando sus conocimientos, eso es un avance para ellos y les estamos ayudando no solo en la robótica, sino también desde otro lugar. ¿Podemos comenzar desde el nivel inicial con las nuevas tecnologías Mariana?: “si yo tuviera que volver a hacer mi carrera y planificar proyectos, lo haría desde este lugar ¡toda la vida! porque ves la creatividad, ves el entusiasmo, están predispuestos a todo, veo todo lo que van avanzando, cómo van aprendiendo constantemente y te responden, veo todas las ideas nuevas. Tienen las ganas de venir y se van con esas ganas de volver”
Charlamos con Aníbal: del trayecto Maker juniors: que comprende las edades de 9 a 13 años, “es un trayecto bastante interesante, ya que es uno de los más numerosos que contamos en la escuela, así que todos los días es un desafío para todos los facilitadores, estar en frente al aula llegan con mucha energía y se van con el doble. (risas) Nosotros trabajamos en una enseñanza a base de proyectos. Los chicos se sientan por estaciones, para enseñar los ejes principales, lo aplicamos mediante la gamificación, que es la aplicación de videojuegos a la enseñanza. Este proyecto que lo aplicamos desde el año pasado nos resultó bastante útil, ya que los chicos van adquiriendo más conocimientos y a su vez lo van llevando de la mano, porque hoy estamos en un mundo donde la tecnología va avanzando y los chicos siempre están en contacto con la tecnología, es algo que está revolucionando, se está notando que hay un cambio cultural en los chicos. Ellos vienen a la escuela ¡y no se quieren ir!. Trabajan en equipo, aproximadamente 10 alumnos por mesa y ahí entran en juego las ideas, la metodología Scrum, el trabajo colaborativo y el trabajo por roles. Nosotros les damos a elegir los roles y a medida que van pasando las clases ellos ya se van identificando con cada rol: hay alguno que le gusta más programar, a otro le gusta más diseñar y hay uno que siempre está liderando, por más que no es el líder, tiene ese perfil y va liderando el grupo. Nosotros les damos todos los materiales y les facilitamos el aprendizaje y son ellos los protagonistas de cada clase, eso es lo más riguroso de acá y lo que nos gusta, porque es impresionante cómo a esta edad, los chicos tienen tan incorporado lo que es la tecnología y cómo van avanzando en las clases. Es sorprendente porque vos le hablas de algo hoy y la clase siguiente ellos investigan sobre ese tema y ya te vienen con una información de que estuvieron estudiando durante toda la semana para qué servía, dónde se encuentra, y cosas similares y por este camino por donde estamos yendo… vamos bien” decía Aníbal.
Respecto a los videojuegos, este enfoque que nosotros hacemos a lo que es la gamificación, varias veces aplicamos videojuegos que tengan que ver con la programación, una de ellas es Ligthbot, que es un personaje al que hay que darle ciertas instrucciones para que cumpla un objetivo. De esta manera le sumamos a esta programación en lenguajes, porque ellos, a esta edad retienen más a través de videos, dibujos, que a través de un lenguaje de códigos que por ahí es más complejo para ellos y la verdad que nos sorprendemos todos los días, porque van adquiriendo estos conocimientos y van aprendiendo más rápido. Capaz que en otra época, no era así y esta oportunidad que hoy tienen los chicos es impresionante porque ellos a la hora de resolver algún problema lo resuelven de otra manera.
En cuanto al trabajo en equipo, el trabajo colaborativo y la educación emocional a la hora de presentar problemáticas que por ahí se viven en las escuelas a las que ellos van cotidianamente, la Escuela de Robótica les sirve como un espacio que por ahí no lo encuentran en otro lado, es un espacio donde pueden charlar, pueden contar sus problemas, a veces surge un comentario respecto a la problemática que tienen en otra escuela y en la escuela de robótica encuentran la soluciones. Es una escuela muy contenedora, tenemos chicos de todas las edades, de todos los niveles y chicos con discapacidades. El hecho de estar en un grupo muy diverso donde un chico de 10 años, que tiene una dificultad diferente a otro y que lo ayude, lo acompañe, es muy groso lo que se vive.”
Una anécdota que nos marcó es que una tarde de lluvia, por la siesta y estaba re lloviendo nosotros decíamos: “no va a venir nadie”, y cuando llegó el horario de entrada era impresionante cómo venían corriendo y algunos nos decían: a la escuela de la mañana faltamos pero a la escuela de robótica no vamos a dejar de venir y si nos vienen con ese comentario creo que vamos yendo por buen camino. hay q aprovechar este espacio porque no hay en todas las provincias.
Seguimos con Ricardo del trayecto Teens Maker: Él es ingeniero electrónico, tiene un primer acercamiento a la docencia en la escuela de robótica: chicos de 13,14, 15,16 años: “como los chicos son adolescentes, se da una situación bastante particular, los chicos están buscándose, encontrándose tienen más herramientas, ya no son niños, tienen más capacidad de pensar, de razonar de desafiar también. Eso está bueno. Y como nosotros tenemos que plantear las clases de alguna manera que podamos captar su atención, presentarles desafíos y con ellos ir transitándolos, nos permite todo lo que es la robótica y con el diseño. Tuve muy buenas experiencias el año pasado con los diferentes grupos y pude ver en los diferentes grupos el compromiso de cada grupo con el proyecto que había desarrollado de una manera integral, donde estos chicos tenían la capacidad de pensar algo, planificar a partir de una idea, desarrollarla, y trabajarla haciendo mejoras en lo que iban “prototipando” con resultados muy buenos. En este nivel, la idea es que puedan trabajar, aplicar los conceptos de programación, de electrónica, a través de un circuito ir implementando con la ayuda de los facilitadores que les ayudan a que se animen más, soltarlos para que se animen a hacerlo solos. Tienen la posibilidad de despertar el interés por una vocación, porque ellos ya están saliendo de la secundaria, y eso es importante porque se están acercando a la tecnología ya no como consumidores, sino como creadores. Las experiencias del trabajo en grupo son muy enriquecedoras. Los alumnos vienen de escuelas técnicas y de escuelas comunes. Tenemos chicos con diferentes edades y con conocimientos muy variados en un mismo curso, chicos con discapacidad. Hay una mezcla muy interesante y justamente lo que tienen los adolescentes y que está muy bueno, es que cuando algo no les gusta, lo quieren cambiar y plantean diciendo esto yo quiero que se haga de otra forma: algo que nos pasó en un grupo: una alumna que tiene una dificultad para movilizarse: a partir de eso sale una idea de un prototipo que ayude a las personas a cruzar la calle, ver cómo ellos integran la realidad de cada alumno y luego se vuelve una cuestión del equipo que trabaja en esa idea”. Como anécdota Ricardo nos contó que se pudieron divertir mucho entre todos con los desafíos, y ver en la cara de los chicos, con esas caras de no me sale, y el último día antes de la gala del año pasado, terminando los proyectos hasta última hora, queriendo que funcione su prototipo, nos quedamos todo el día de largo y cómo eso después en la pista, donde finalmente estaban rodando los prototipos, la felicidad que pudieron mostrar todo el trabajo que habían hecho en equipo, es algo que me llevo, esas ganas que pusieron.
Por su parte, Marcos del Team Inn: último trayecto, también ingeniero electrónico, se está encontrando en este rol y con todas estas estrategias pedagógicas disruptivas y que viene a volarnos la cabeza en todo lo que es Team Inn, está trabajando con chicos más grandes, desde los 17 hasta los 25 años, y que tienen una experiencia muy linda, son chicos que están en un período facultativo o en un proceso de terminar la secundaria y tratando de decidir lo que quieren de su vida y para todos es un punto de inflexión: 5 años, 6 o 10 y van a formar de su profesión y esto es algo que a nosotros nos atraviesa en las emociones Porque nos encontramos con un chico que no estaba seguro de lo que iba a hacer y al transitar por acá nos encontramos con que define su perfil y busca formarse en ese camino. Además de despertar, reforzar, un montón de capacidades que los chicos saben que tienen, quizás se mueven en su grupo de amigos, su círculo íntimo, con un montón de habilidades, que rapean, que cantan, tocan instrumentos que quizás en las escuelas no lo pueden hacer brillar y acá vienen (y no es tampoco que lo hacemos acá), pero sí se sienten con la libertad y la confianza y se animan. Todo esto les permite también las herramientas que usamos acá y las placas electrónicas, muchos equipos que vienen preparados para tener una forma de enseñanza super fácil para que algunos puedan rápidamente armar algo interesante y a la vez cruzar con todas sus habilidades y gustos y lo tenés acá. Ellos trabajan 2 horas y media por semana y la metodología es la misma que cualquier trayecto, pero distinta la forma en que se abordan los temas, con más profundidad, el lenguaje, ya tienen muchas herramientas de electrónica para seguir profundizando. La planificación que tenemos acá viene preparada para poder abarcar los tres ejes de la robótica que mencionamos anteriormente. Todos los programas que usamos son gratuitos, son online, entonces no les deja limitaciones de que tienen que venir acá para poder trabajar, lo pueden hacer desde sus casas, tranquilamente y seguir aprendiendo.”
Respecto a la experiencia Samsung de la que participaron el año pasado, nos contaba Marcos que: “muchas escuelas del país y de la provincia participaron en este concurso, con ideas para el futuro: era sobre ideas que ayuden a solucionar ideas en el futuro, un grupo de alumnos se enfocó en el problema de movilidad de las personas en sillas de ruedas y tuvieron esa idea de hacer una silla de ruedas que le permita a la persona subir y bajar escaleras, ¡era genial!. Los edificios se preparan para tener rampas, por incluir a las personas con discapacidad y ellos pensaron en una silla lo suficientemente versátil para que le ayude a estas personas sin depender de nadie e hicieron una adaptación a las ruedas, y fue muy sencilla, muy creativa y llegaron a la final del concurso.”
La escuela de Robótica también trabaja con alumnos de dos aldeas mbya guaraní de Misiones. Marcos nos decía: “trabajar con las comunidades de San Pedro y San Vicente es realmente algo fuera de serie, es algo que me encanta, disfruto mucho y es un desafío muy grande, es un cruce de culturas, de costumbres, maneras de ver la vida que son muy profundas, que atraviesan cada etapa, momento y segundo de la vida: No es lo mismo enseñarle electrónica, a ellos que no están todo el día en contacto con la tecnología, y que están más limitados a los silencios, a las miradas, esa es su manera de responder, es super rico, un aprendizaje cada clase. Además ya atravesaron un ciclo educativo, con escolarización en escuelas bilingües, algunos conocen muy bien el Inglés, son chicos de una comunidad cerrada, tienen su costumbre de todos los días.”
Como anécdota final: los chicos al trabajar en equipo van explotando ciertas capacidades, ahora conducen un programa de tv, “Sincronizados”, los lunes al mediodía, por canal 12, lo que hacían en las clases y aprendieron sobre conversar en público ahora lo vienen aplicando.” Finalmente, después de todo lo que estos chicos nos contaron con mucho amor, entusiasmo y sorpresa diaria que les dan los alumnos que asisten, Prisma entrevistó a la Coordinadora- Responsable: Carola Silvero, quien nos contó que, en el 2018, la ampliación de “este nuevo edificio nos va a permitir incorporar 1700 alumnos lo que nos llena de alegría porque siempre estamos con una lista de espera de alumnos, hay gran demanda y nosotros quisiéramos poder incorporarlos a todos. De hecho, el Presidente de la Cámara (Carlos E. Rovira) en su directiva inicial desde que comenzó la Escuela, fue incluir a todos los chicos inscriptos. Así que iniciamos con una matrícula de mil trescientos alumnos y ese es el norte, a eso apuntamos. Vamos a incluir los equipamientos, los chicos acá se sienten como en su casa, esa es la sensación que nos da cuando vamos a las aulas, están distendidos, escuchan música, charlan, se sacan fotos y durante ese marco de distensión, se van produciendo los aprendizajes, se da de manera natural, ellos mismos van construyendo esos conocimientos y van dando esos saltos cualitativos, hacen deducciones lógicas, y ya te plantean. Eso nos da una pauta de que hay un aprendizaje significativo y un enfoque diferente que está funcionando. Los trayectos nivel avanzado y nivel básico, están todos funcionando en paralelo. La Coordinadora nos contó además sobre las distintas actividades que realizan los alumnos:
“La escuela participa y es invitada a participar de eventos nacionales e internacionales, una de nuestras alumnas participa en “First”, que es una competencia mundial de robótica, que este año se hace en México. Ella viaja junto a un facilitador a Buenos Aires cada quince días para trabajar con el equipo nacional invitado. (en agosto) Nos llena de orgullo que nos tengan en cuenta, que la escuela esté dando ese tipo de empuje a los alumnos ¡es algo fabuloso! Participamos con los alumnos en “Campus Party”, que es un festival internacional de innovación tecnológica en Tecnópolis. Por allí transcurren aproximadamente cinco mil chicos de hasta 25 años que comparten y aprenden sobre innovación tecnológico, electrónica. La idea es que todo lo que aprenden afuera lo traigan para acá y lo puedan moldear y hacer un modelo misionerista con todo lo que se apunta afuera.
Participamos en el “Arduino Day” en Buenos Aires, invitados por Educaboth, todos los años, también Ted Río de la Plata, en educación, para escuelas secundarias. La escuela participó y tuvo su proyecto en esto y vamos a seguir trabajando porque tiene una metodología muy interesante de aprendizaje para los chicos, hacen todo un proceso y aprenden en ese camino a comunicar sus ideas, trabajan en la comunicación, la dicción, es algo que los fortalece, además. Todo lo que sea metodología disruptiva, estrategias didácticas, estrategias de aprendizaje innovadora, vienen bien con nosotros. Estamos dentro de ese paradigma, porque la idea es aportar a la educación desde los modelos disruptivos, construir un nuevo modelo y aportar todo lo que podamos. La robótica es la excusa, la programación también. Tenemos veinticinco facilitadores que trabajan aquí en estos trayectos y también colaboradores en diferentes escuelas. Son profesionales que se suman a este proyecto, pero desde otro lugar.
Desde el año pasado la escuela tiene un trayecto que se llama “Sumá a tu escuela” que es la manera que tenemos de llevar la robótica educativa a las escuelas, de toda la provincia, todo el docente o directivo que esté interesado, toda institución, que le interese trabajar este modelo, se contacta con nosotros a través de la pagina y los incluimos en la lista. Fuimos conformando diferentes cohortes, porque así como hay cohortes de los trayectos de alumnos, también hay de docentes: tres cohortes. La primera y segunda se dieron el año pasado y este año hacemos la tercera. Son unas ochenta y cinco*(dice la página www.escueladeroboticamisiones.com) escuelas, lo bueno de esto es que trabajamos con todos los niveles y todos los niveles muestran interés en incluir nuestra metodología. La idea es ir incorporando una red de escuelas que trabajen con robótica y programación, se interesen por innovar en la escuela.”
Sobre actividades previstas para este 2018, la Coordinadora nos dijo: “En la escuela nos reinventamos todo el tiempo, estamos pensando qué actividades realizar para la comunidad, nos brindamos a ellos, tenemos propuestas para padres, para docentes y más innovación para los chicos. Logramos un vínculo con los papás y demuestran interés, es más, tenemos a los papás todo el tiempo visitando la escuela por consultas, por inquietudes, se demuestra un interés y una participación importante por parte de los padres, que es fundamental.” Como cierre de esta extensa pero hermosa visita, Carola Silvero les dice a los lectores de Prisma:
“La escuela está abierta a todos los chicos, que quieren participar, ser parte de esta comunidad de innovación y aprendizaje.”






