
“El duelo en la infancia”
Nos llega un nuevo texto desde el Forum de Infancias Misiones. Disfrutalo, reflexionalo, compartilo:
El duelo en la infancia
Muchísimas preguntas respecto a este tema tan controversial llegan a consulta día a día; los padres se sienten abrumados y en ocasiones manifiestan no saber qué hacer o qué decir a sus hijos/as ante situaciones de pérdida, ya sea por el fallecimiento de un ser querido o el de una mascota.
-En primera instancia, es necesario tener en cuenta que el duelo es un proceso y que no se elabora en función a un tiempo cronológico, sino que ese tiempo es subjetivo y singular para cada sujeto y para cada familia que lo transita.
–¿Qué se duela? En varios momentos de la vida, nos encontramos con situaciones de pérdida, no solamente se duela el fallecimiento de un ser querido o el de una mascota, sino también una mudanza, la pérdida un trabajo, de un estatus social, de una pareja, de una amistad, un proyecto, etc.
-Estas situaciones generan tristeza, dolor, angustia; y hago una pausa para aclarar que es importante saber que dichas manifestaciones no son un estado patológico ni un trastorno, sino que forma parte del proceso y que cada sujeto, ya sea niño o adulto, lo transita de manera particular y como puede.
-Muchas veces se piensa que evitando el sentimiento de angustia o simplemente no hablando del tema se está protegiendo al niño, y en realidad ocurre todo lo contrario, esto puede no solamente obstaculizar el proceso de duelo, sino también puede generar ansiedad y temor en los más pequeños debido a la sensación de incertidumbre.
-Para poder acompañar a un niño en su duelo por la muerte de un ser querido, es necesario que la madre, padre, tutor o encargado de la crianza del mismo, se pregunte qué piensa de la muerte: ¿Es algo de lo que puedo hablar?, ¿me permito estar triste o angustiado o creo que es mejor evitarlo?
-Estas preguntas iniciales son importantes porque si se piensa que de la muerte no se puede hablar, entonces va a ser muy difícil acompañar a ese niño/a ya que probablemente habrá dificultades para habilitar el diálogo o las preguntas, sumamente necesarias para la elaboración del duelo.
-Es importante saber que si el dolor y la tristeza se comparten con otros, se construye una red de contención y de sostén que permite pensar en la posibilidad de soltar lo perdido aunque queden las cicatrices de la herida. Elaborar un duelo no significa la ausencia de recuerdos o el olvido, se trata de aprender a convivir con el dolor, con esa falta. Por tal motivo, frases como “no llores”, “no estés triste”, “no te sientas mal”, “el tiempo lo cura todo”, “tenés que ser fuerte”, etc. Son frases que anulan la expresión de los sentimientos y emociones.
-Entonces, teniendo en cuenta que cada niño es único y singular al igual que el contexto familiar que lo envuelve y las palabras que circulan; y que además, los mismos registran rápidamente los sentimientos y emociones de los adultos que lo rodean, es importante decir la verdad y ser sinceros, sin evitar decir la palabra muerte, ya que si bien se intenta proteger a los niños utilizando otras expresiones tales como “se fue de viaje”, “está descansando” o “se quedó dormido para siempre”, se genera ansiedad y confusión, al dar lugar a una espera eterna.
-Hablar sobre la muerte genera resistencias y es muy complejo porque el proceso es doloroso y muy triste, pero cuanta más información se tenga, ello repercutirá en el modo de acompañar y sostener a los niños. Si el duelo está atravesando toda la familia y sienten que no pueden acompañar al niño, es importante buscar ayuda profesional para que pueda acompañarlos y contenerlos durante el proceso.
Lucía Rattaro Lic. en Psicología
MP 713