Observar el cosmos, saber qué hay más allá y buscar la vida extraterrestre, sigue siendo hoy una pasión para mí

Observar el cosmos, saber qué hay más allá y buscar la vida extraterrestre, sigue siendo hoy una pasión para mí

Hoy te traemos la primera parte de una entrevista que está para la colección. De esas que llorás, te reís, te asombrás no sé.. Hermosas! A lo Prisma.
Una “biografía” del astrónomo Luis Martorelli que te va a venir bien para regalar por el día de la madre, celebrar lo que fue hace unos días, la semana de las ciencias de la tierra y el espacio y hasta a defender la Universidad Pública, recordar a tus, padres, abuelos, la escuela, las revistas que leían tus padres o abuelos, la tv…Hermosa por donde la leas. Disfrutala:
 
Una vida llena de preguntas

P: Contanos de vos. ¿A qué jugabas cuando eras chico? ¿Mirabas tv? ¿Cómo nace tu afición por la ciencia, por la astronomía?
LM: “La verdad que de chico tuve una infancia con mucho contacto con la naturaleza. Yo me crié en la ciudad de La Plata, pero especialmente en las afueras. En una zona que se llama City Bell. Hoy estoy viviendo en una región cercana a City Bell, en Gonnet pero siempre en contacto con las plantas, con los árboles, con el cielo, con el cosmos, pero especialmente con la naturaleza. Y ahí fue cuando descubrí muchas cosas interesantes.
Yo de chico, de muy chico me crié con mi abuelo. Él sembraba, plantaba, tomate, arveja, esas cosas. Cultivaba algunas plantas interesantes. Y bueno, fui recorriendo un poco, de la mano de él, esa relación con la naturaleza tan impresionante, ¿No? O esas cosas que a veces no nos damos cuenta y están: cómo cortar lechuga, cómo sacar las papas de la tierra, muy chiquito. Pero eso me marcó, porque me permitió estar en contacto con lo que me rodea. Y a las noches contemplar las estrellas, y me sentaba con él ahí en las afueras de la galería, en la casita que tenía, en este rancho, en el en el campo. Y hablábamos. Entonces yo le preguntaba cosas este en mi inocencia de chico y él intentaba respondérmelas sin tener a veces mucho conocimiento ¿No?: ¿Por qué la luna tiene esos esas manchas que vemos? Y que las estrellas titilan ¿Por qué hay estrellas de colores? ¿Qué es esa cosa rara que cruza así el cielo llamada Vía Láctea? Bueno, esas eran las preguntas que yo le hacía. Y un día me trajo un libro, un libro muy viejo, pero de astronomía que todavía lo tengo guardado, que es de 1909. (risas). No se había descubierto Plutón, no se sabía lo que eran las estrellas bien, pero bueno, eso me marcó, me marcó un camino. Él lo tenía en la biblioteca, lo había comprado hace unos años y comencé a leerlo y a fascinarme por el cosmos mismo, ¿No? Por esa relación de la naturaleza con el cosmos.
Tuve una infancia donde me gustaba jugar a la pelota. Mucho. Corría como loco. Era medio maleta, pero me gustaba jugar. También en la escuela, yo formaba parte a veces de los pequeños clubes de ciencia. Que no eran como los de hoy. Recuerden que yo nací en una época en la que la televisión a color no existía. Y los televisores eran muy grandes y no existían ni los celulares, ni las computadoras. El teléfono apenas era un teléfono llamado de línea con un cable conectado a la pared y ahí nos comunicábamos. Pero teníamos una oportunidad increíble que era la de discutir entre nosotros las cosas: ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué las calas florecen en verano o en invierno? ¿Por qué no hay agua y por qué hay sequía? Para mí siempre era el por qué. Y eso me permitió eh ser muy inquisidor o muy preguntón a los adultos, que también molesta, pero a mí me encantaba preguntar. Algunos me decían verdades, otros no sabían, otros me decían mentiras. Pero no importa. Lo lindo era discutir e ir nutriéndome de lo que la gente me decía. Los mayores y mis compañeros. Lo más lindo eran mis compañeros. Con los que además de jugar y esa esa infancia de armar la casa en el árbol ¿Sí? O salir este a ver el amanecer o el atardecer, en el medio de un lugar donde bueno a veces las condiciones no eran muy muy de naturaleza, sino que eran más agrestes, dentro del es el lugar donde uno estaba, ¿No? Pero lindo, hermoso.
Entonces tuve una oportunidad increíble que fue la de ver llegar el hombre a la luna a través de un televisor. Eso fue un antes y un después. Todos los dos años anteriores. Yo leía los diarios todos los diarios que mi viejo me traía, mi vieja, en la escuela discutía que si el Saturno V podía llegar o no llegar. Qué le había pasado al Apolo I, II, III, IV y así.”
 
P: ¿Qué leías?
LM: “Leía mucho aquellas cosas que me gustaban ¿No? Fui medio rebelde en eso. Me gustaba mucho leer lo que yo quería. Lo que me imponían por ahí no me gustaba. -Pero no importa porque también abrí muchos caminos con eso. Cuando una maestra me decía Luis, tenés que leer tal o cual cosa. Leamos un libro de historia, leamos un libro de geografía, leamos una novela… me fastidiaba. Pero eso no saben lo importante que fue para mí. Porque esa lectura me permitió abrir un conocimiento increíble en la cabeza, podía entender que no todo era aquello que yo amaba o que yo quería, sino que también había otras cosas que a otros les gustaban y otros las llamaban y las empecé a comprender y también me empezaron a gustar así que bueno-.
Esa llegada del hombre a la a la luna fue un antes y un después ver en el 69 a través de un televisor blanco y negro enorme juntados ahí en la casa de mis viejos. Mucha gente del barrio porque no había televisores en todas partes.
Dije bueno, yo quiero ser astronauta. Lo primero que dije, astronauta. Iba a ser difícil. Mi viejo me dice, mejor dedicate a otra cosa. ¿Por qué no estudias alguna otra cosa más fácil? Bueno, no, astronauta, Porque no había en Argentina ni hay, pero sí Astronomía. Y ahí fue un golpe de efecto, ¿No? Porque a los 15, 16 años empecé a construir un pequeño telescopio con mis manos, ¿No? Un pedazo de vidrio que me trajeron para hacer el espejo. Amigos de mi viejo en el puerto. Él trabajaba en el frigorífico Armour, los frigoríficos en Berisso, el Swift. Y bueno, y llegaban los barcos y los ojos de vuelo, vidrios de los barcos eran, se llamaban así y me permitieron empezar a trabajar con mis manos un pequeño instrumento. Fue un cambio importante también en el pensamiento, porque vos estás haciendo algo con tus manos y algo que no compraste, imposible comprar un telescopio, imposible. Primero no había y segundo los que existían y venían de afuera eran inaccesibles. Hoy también hay mucho de eso.
La relación con el entorno era fundamental, con los compañeros que discutíamos de física, que discutíamos de geografía, platos voladores, de la vida extraterrestre. Era todo, una hermosa conjunción de pensamientos que teníamos discutíamos y jugábamos. Eso era hermoso.”
 
P: ¿Cómo fue tu adolescencia?
LM: “Para mí la adolescencia está marcada con las películas, las series de televisión y las novelas de ciencia ficción. Especialmente Julio Verne. Porque en aquel momento uno tenía la oportunidad si la tenía, de que le trajeran un libro. Y tener un libro en las manos para mí era porque te abría un campo enorme de pensamiento, pero la televisión… Llegar del colegio y sentarme a las 5 de la tarde a ver series como Viaje a las Estrellas que para mí fue fundamental. Viaje al Fondo del Mar, el túnel del tiempo tres series que no me las perdía, no me las podía perder y fueron marcando también un camino con respecto a lo que es la ciencia, ficción o no ficción, pero es la ciencia ¿No?
Y ahí allá por los 16, 17 años, quise empezar (todavía no había terminado de construir mi telescopio) a estudiar astronomía, pero también en la escuela, en la secundaria, los chicos se iban muchos mis compañeros de ingeniería, otros no, otros iban a trabajar, algunos a medicina, otros abogados y yo era el único que le gustaba la astronomía. Y con profundidad, pero además sin ningún conocimiento ¿No? Con ganas de observar el cosmos, de saber qué hay más allá y también de buscar la vida extraterrestre. Eso para mí sigue siendo hoy una pasión, ¿No? Ya desde un punto de vista obvio, más más firme quizá, con conocimiento, pero sigo creyendo que la vida en algún lugar del universo debe estar además de acá. Espero. Esas series viaje a las estrellas fue un hito en la evolución de la ciencia ficción hacia la ciencia moderna. Porque esa serie del año sesenta y pico y 70 y casi hasta los 80 fue evolucionando en función de los descubrimientos científicos Volar por el cosmos a la velocidad de la luz era algo impensado. Sigue siendo imposible pero no impensado. Así que esa fue mi infancia y mi adolescencia. Y finalmente me queda una cosa dando vuelta, que es la música. Sí, ser adolescente y en la secundaria me gustaba mucho el folclore y el rock nacional. Me sigue gustando. También un poco Los Beatles en su momento. Los Rolling en otro pero bueno, fueron siendo cosas que se fueron dando con el tiempo, ¿No? Y fueron, fueron marcando esa huella y ese camino.”
Continuará…

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