
Coronavirus y ¿Guerra biológica?
Escuchamos de todo y cambiamos mucho desde que surgió el COVID 19. Te dejamos un texto del escritor paraguayo Marcos Ybañez.
“De la noche a la mañana estamos inmersos en una nueva guerra mundial. Estalló una bomba tan potente como la nuclear. La guerra actual no es con misiles, sino con virus, es biológica. Los Gobiernos y medios nos presentan como sanitaria, exclusivamente como producto de la pandemia del coronavirus, que contagia rápidamente y pone en peligro la vida en el planeta. Estamos padeciendo en nombre del coronavirus una guerra no convencional para la expansión del capitalismo?.
Aún nos falta asimilar, dudar, descubrir, como si descubriéramos la vacuna, es más fácil considerar que se trata de un fenómeno natural, un castigo divino, un Chernóbil, pero la guerra que se desata atrás de la pandemia pone en dudas las causas reales del origen de la pandemia del coronavirus.
Una charla TED que ofreció en 2015 el fundador de Microsoft Bill Gates se ha hecho viral en los últimos días. En ella advertía de que la mayor amenaza a la que se enfrentaba la humanidad no era un misil ni una bomba nuclear, sino un microbio que pudiera provocar una enfermedad infecciosa. El escenario futuro que pintó en el pasado es el presente.
Históricamente la guerra biológica desatada contra Cuba por el gobierno de los Estados Unidos y sus servicios de inteligencia CIA, afectó directamente a las personas, los animales y los cultivos, ocasionando daños humanos irreparables, y pérdidas millonarias a su economía. Es el método del imperio para golpear gobiernos y destruir economías. Es un arma que viene utilizando Estados Unidos.
Fidel Castro, líder de la revolución cubana, un visionario, preparó a su pueblo para enfrentar la guerra biológica, construyendo un sistema de salud pública eficaz, que pudiera ayudar a Cuba a resistir en tiempos de pandemia hasta bloqueos económicos y políticos, así como prestar ayuda a los países del mundo que necesiten ayuda humanitaria.
En Resumen Latinoamericano*, del 11 marzo 2020, se abren interrogantes como: «¿No es muy sospechoso que haya aparecido el coronavirus en China y que Washington lo haya introducido para debilitar a lo que muchos ya consideran la primera potencia económica mundial, por encima del hasta ahora imperio del mal liderado por Trump?».
Un artículo publicado en su blog personal por el periodista español Patricio Montesinos maneja la teoría de que el coronavirus pueda ser un germen creado en laboratorios de Estados Unidos, como arma biológica de la guerra comercial desatada por Washington contra China.
Según reseña el texto reproducido en Rebelión, varias declaraciones recientes de altos cargos de la Casa Blanca y una cada vez más intensa campaña mediática internacional antichina, alimentan la hipótesis de que la administración del presidente Donald Trump pudiera ser la responsable de la epidemia aparecida a finales de diciembre de 2019, en la ciudad de Wuhan.
Montesinos hace alusión a lo manifestado el 31 de enero por el Secretario de Comercio Wilbur Ross, quien afirmó: «el brote de coronavirus que ha contagiado a miles de personas podría impulsar la economía estadounidense». Pero el alto funcionario fue más allá al aseverar que «ayudará a acelerar el regreso de empleos a Norteamérica».
Tales afirmaciones de Ross siguieron a otras del secretario de Estado Mike Pompeo, quien en medio de la emergencia que vive el mundo por la referida enfermedad identificó a China como una amenaza a los principios democráticos internacionales.
A lo anterior se suma el silencio cómplice de los grandes medios de información que omiten mencionar los ingentes esfuerzos desplegados por las autoridades del país asiático para controlar la expansión de la epidemia, entre los cuales resalta la construcción en tiempo récord de dos grandes hospitales destinados a brindar asistencia médica de máxima calidad a los enfermos y la búsqueda de efectivos fármacos que puedan curar la dolencia, expresa el articulista.
Plantea el periodista en su escrito que aunque se haya tratado de esconder, el mundo conoce bien cómo sucesivas administraciones de Estados Unidos acudieron a la guerra biológica para derrocar gobiernos considerados adversos, desatar conflictos entre naciones y exterminar poblaciones.
Esta guerra y la posguerra biológica configurarán un nuevo horizonte en la geopolítica mundial, ahondará la desigualdad social y económica de los pueblos, profundizará la crisis del capital, por la necesidad de las potencias del control de las riquezas naturales de los pueblos para su propia supervivencia. Se les está agotando sus recursos naturales y necesitan despojarnos de lo último que nos queda. Esta realidad marcará las graves contradicciones políticas, económicas, sociales y culturales en este siglo y los que vendrán. Estados Unidos y sus aliados, buscan un nuevo orden mundial que mantenga y profundice la dominación de los pueblos.
Por el otro lado, China, Rusia, Irán, etc, buscan construir otra alianza alternativa a la hegemónica. La interrogante es si Estados Unidos logrará retrasar o detener el ascenso de China como nuevo líder mundial futuro. Por de pronto, China muestra señales de recuperación, luego de un duro golpe sanitario, económico y político, que lo tuvo en jaque. Trump, sin embargo, está golpeado, como un mal boxeador, sólo en su propio laberinto, lerdo, sumido en una crisis, como líder mundial de los afectados por la pandemia, sin capacidad de reacción, al no contar el país más capitalista del mundo, con cuestiones básicas como hospitales públicos y un sistema de salud del Estado eficaz para responder con más eficacia al combate contra el coronavirus. La guerra contra la pandemia la está perdiendo, así que inventará otras guerras para desviar la atención.
La guerra no se declaró oficialmente, pero eso no significa que no exista, es un proceso que se vino dando hace tiempo como guerra de baja intensidad, hasta que explotó. Los pueblos, en medio de esta guerra, estamos luchando sin armas para sobrevivir. Paraguay, profundizó su papel de patio trasero en esta crisis, como furgón de cola de Estados Unidos, en medio una de las mayores confrontaciones a nivel geopolítico, entre Estados Unidos y sus aliados, contra China y aliados (es el telón de fondo), por el control del poder político, económico, mediático, militar, financiero, los recursos naturales y de la industria farmacéutica.
Nuestra incógnita sobre quién o quiénes tiraron la bomba?, origen y objetivos, seguirá en interrogante. La pregunta sobre quién o quienes están confrontando para sacar el mayor provecho de esta guerra podría responder el misterio.
Las potencias, las élites, están seleccionando quienes deben morir o vivir, dejando en evidencia que están llevando al cementerio a todos aquellos que por edad y productividad no sirven al mercado. “Los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía mundial. Tenemos que hacer algo y ya”, señala la ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
La desigualdad es escandalosa. 1% de ricos muy ricos controlan el 50% de la riqueza del mundo. Es esta minoría la que busca su propia supervivencia. Necesita matar para vivir.”
Marcos Ybáñez, escritor (Paraguay)
Bernardo Ferreira Fretes
Juntos y unidos venceremos.
Tenés toda la razón amigo Marcos bañez.